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¿Cómo están queridos lectores? Creo que estarán conmigo en que hay dos tipos de personas que se merecen un juicio sumarísimo y una ejecución inmediata de pasillo con collejas: me refiero a los que siguen diciendo «juernes» y a los que afirman que las torrijas quedan perfectas en una air fryer. Sí, soy un negacionista de la fritura sin aceite, y sí, soy radical con los que se quedan anclados en el pasado usando expresiones obsoletas y casposas como «juernes», «digamelón», «qué me estás container», «con Franco se vivía mejor», «confunden libertad con libertinaje», «no seas maricón», «los hombres no lloran», «échale cojones», «ni de izquierdas ni de derechas», «ni machista ni feminista» o la peor de todas, «¿eres del Madrid o del Barça?». A ver si se enteran de una vez por todas los «machos fachos»: soy del Atleti y estamos en el siglo XXI.

Hoy es jueves santo y en estas fechas se repite cada año por las redes una pregunta estúpida, ¿si eres ateo, por qué coges fiesta en Semana Santa? Pues porque me da la gana. Igual que tú siendo tan facha tienes derecho a currar cuarenta horas a la semana y no cien. Y eso fue un logro de la clase trabajadora que se puso en huelga allá por el 1919 en Cataluña -la llamada huelga de «la Canadiense»- para que lo disfrutáramos todos, incluido tú que nunca has movido un dedo de forma solidaria y sin embargo, por poner solo dos ejemplos, tienes derecho a divorciarte, o si eres mujer a poder votar. Porque el sufragio universal no lo lograron los antepasados de tus compañeros de partido fascista, oh! Qué sorpresa. Parece mentira, tanta pasta en colegios de pago para que al final tengáis ese nivel de educación, del tipo «como no me gustan los oponentes políticos, les levanto mi dedo corazón de forma cobarde y zafia».

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2 Y en estos días de celebración para los cristianos -hoy en concreto, conmemoran la última cena de Jesús con los doce apóstoles, que ya les digo que de hacerse hoy en día irían a un bar de menús porque al precio que se ha puesto todo ni Judas con sus treinta monedas de plata tendría suficiente pasta para pagar la cuenta- vendrán muchos visitantes a nuestra isla, lo que será un perfecto ensayo de lo que nos viene en verano. Y ahí va la pregunta retórica: ¿han hecho algo los políticos isleños para que la industria del turismo, necesaria sin duda, siga facturando pero sin los grandes inconvenientes que genera la masificación? Ya saben, precio de la vivienda, contaminación medioambiental, colapso en los transportes, encarecimiento de los precios…,    lo que viene siendo un morir de éxito en toda regla. No hace falta que la respondamos, ¿verdad? Basta darse una vuelta por nuestra amada Menorca para comprobar todo el peso que está aguantando. Le queda muy poquito para romperse, y cuando eso pase los empresarios de fondos buitre se harán un Atila y buscarán otras hierbas que quemar.

Que ningún youtuber en busca de clickbait publique cositas como «descubre los rincones secretos de Menorca», porque ya no nos queda ni un rincón secreto. Es más, como ya dije hace muchos años, yo he pintado el sofá de mi casa como zona azul, porque tarde o temprano algún turista despistado entrará en mi comedor, y así al menos le obligo a poner un ticket que me ayudará a pagar la luz. Eso sí, a mi nevera que ni se acerquen. Tengo las Graham Pearce de San Climent en frío y ya saben que con la mejor cerveza del mundo no se juega; la comparto solo con la familia y los amigos. Lúpulo y feliz jueves.