Estamos viviendo un periodo de radicalización del partido Republicano en Estados Unidos como no se había visto antes, cada vez más a la derecha, con actitudes más antidemocráticas. Más que un partido conservador, ahora es un partido que quiere imponer en el país una ideología extremista. Me pregunto si Abraham Lincoln volviera que horror sentiría por lo que se ha transformado su partido. Claro que sería similar a lo que sentiría Jesús de Nazaret si viera el uso que se ha hecho de su nombre.
Trump ha sido el catalizador de ese cambio en los últimos años, pero él se encontró con el ambiente adecuado para ese cambio. Este cambio se manifiesta más claramente en los estados controlados por el partido republicano, como son muchos estados del sur. Entre ellos Tennessee en dónde gobiernan por amplia mayoría.
Tennessee va a la cabeza de estados en que se han restringido los derechos LGTBI. Desde 2015 se han emitido 13 leyes en este sentido. En los últimos meses hemos visto un ataque continuo a los derechos LGTBI por parte del gobernador. Hace unas semanas que prohibió cualquier tipo de espectáculo con drag queens y eso que Nashville es uno de los centros de espectáculos musicales más importantes del país. Desde hace un par de años se hacía una celebración del orgullo gay en un parque de un suburbio de Nashville. Este año no ha sido autorizado. Además se han puesto restricciones en visitas a médicos de personas LGTBI.
Ha sido una campaña sistemática contra esas personas que ha resonado en todo el país. Ahora hay muchas discusiones en la American Physical Society (APS) sobre la celebración de la reunión anual que este año estaba planeada en Memphis. Muchos miembros de la APS piden que se cambie a otro Estado por las medidas anti LGTBI que se han tomado en Tennessee.
Hace unas pocas semanas hubo la matanza en la escuela Covenant de Nashville además de otras muertes en escuelas que como solo hubo un muerto no cuentan en las matanzas. El miedo de los niños a ir a la escuela ha aumentado como también la preocupación de los padres por lo que les puede pasar. Se hicieron peticiones a la Asamblea del Estado para que restrinjan las armas de fuego, pero la respuesta fue que hasta el 2024 no podrían estudiarlo. Como consecuencia hubo una manifestación masiva de padres e hijos en protesta, sin violencia alguna pero invadieron la Asamblea. A la Manifestación se unieron tres representantes del partido demócrata en la asamblea, Justin Jones, Justin Pearson y Gloria Johnson. Estos interrumpieron la sesión y se unieron a las peticiones de control de armas.
El grupo republicano en la Asamblea consideró que el comportamiento de estos representantes era contra las normas de la Asamblea y propusieron la expulsión de estos tres representantes, dos jóvenes afroamericanos y una mujer blanca. Esta es una decisión extrema que es inadecuada para este caso. Representa una actitud altamente anti-democrática.
Para la expulsión se necesitan al menos el 70% de los votos, pero eso no era problema ya que los republicanos tienen más del 70% de la Cámara. El resultado de la votación fue que los dos jóvenes afroamericanos fueron expulsados pero la mujer blanca no lo fue. ¿Casualidad o racismo? Los miembros del partido republicano responsables de la expulsión de estos representantes lamentan que su decisión se haya interpretado como racista.
Los escaños de los representantes expulsados tienen que ser cubiertos por personas elegidas por el consejo electoral de cada uno de sus distritos mientras se preparan las nuevas elecciones. En los dos casos y por unanimidad se eligieron los mismos representantes, con lo cual los dos expulsados volvieron a sus escaños. Estos dos jóvenes se han ganado una gran popularidad no solo en sus distritos sino también en todo el país.
Ahora Trump está en Nashville en una reunión con unos 200 donantes a su campaña. Hasta este momento ha conseguido más de 14 millones para la campaña de 2024. Así va la democracia.
