Parece ser que la palabra aplicación está de suerte. Es uno de esos términos que han pasado de no ser utilizadas prácticamente nunca a estar en boca de todos constantemente. Se ha convertido en sinónima de solución: si no sabes cómo conseguir algo, encontrar cualquier cosa o, una vez encontrada, utilizarla, solo tienes que buscar una aplicación que te ayude y ya está. Si tienes hambre y no te apetece salir porque ya te has puesto el pijama, no pasa nada. Con la aplicación adecuada te traen la hamburguesa a domicilio. Si quieres ir de vacaciones al lugar más remoto y alejado del planeta, tú tranquilo: con una buena aplicación estarás allí en un periquete. Que el niño llora porque ha perdido el chupete; calma, la aplicación de turno te proporciona uno. Y así hasta el infinito. Con una aplicación como Dios manda, ni te perderás en una carretera que no sale en los mapas ni nada de nada. Las aplicaciones son el nuevo dios. Amén.
Una se acostumbra a todo
Estrellas a la carta
15/08/23 4:00
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