A lo largo de los años la riqueza del lenguaje se ha ido degradando a marchas forzadas. Hay quien dice que no es una pérdida, porque a medida que unas expresiones caen en desgracia surgen otras para sustituirlas. Y es cierto, aunque habría que valorar cuáles tienen más sentido, resultan más coherentes y, sobre todo, gozan de la precisión que se le debe exigir a un idioma. El ejemplo más repetido hasta la náusea hoy es esa ridiculez que dice: «Como no podía ser de otra manera...». A ver, periodistas, escritores, locutores, presentadores de televisión, por favor, mediten dos segundos sobre lo que están escribiendo o diciendo. Todo, absolutamente, podría ser de otra manera. Siempre. No hay nada en este mundo que únicamente pueda ser de un modo, todo puede torcerse, cambiarse, dar sorpresas, alterarse.
Otra manera
16/08/23 4:00
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