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Figúrense un grupo de magullados supervivientes posapocalípticos vagando entre ruinas urbanas, o un navío a punto de zozobrar, o varios sujetos con linternas avanzando por un bosque oscuro, tal vez buscando a un extraviado, o huyendo de los malos (o de los extraterrestres, o de los zombis). Se lo figurarán fácilmente, porque lo han visto mil veces en las pelis de acción. ¿Qué ocurre entonces? Pues lo que ocurre es que alguien que debe ser el líder se detiene como si hubiese chocado con algo invisible, pone cara de intensa preocupación, y como si de pronto hubiese detectado quién sabe qué, hace gestos para detener al grupo y dice: «Algo va mal». De hecho, se sabe que es el líder porque es el que dice, en una situación ya de por sí calamitosa donde todo va mal, que además, de pronto, algo va mal. Les sonará la frase, porque la han escuchado millares de veces en pelis de misterio y acción, con o sin monstruos, así como en las bélicas, de espías, de polis y hasta en los westerns (cuando aún había indios), y cada vez que las cosas se ponen muy feas para los protagonistas, aparece un tipo listo asegurando que, aparte de lo que todo el mundo ve, ahí hay algo que va mal. Las he contado, y es sin duda la frase más repetida en las ficciones emocionantes, menudo pleonasmo. ¡Algo va mal! Además de ir todo muy mal, se entiende.

A veces ni se llega a saber qué, porque como son pelis de mucho ritmo, y las calamidades y estallidos se suceden sin tregua, cualquiera distingue qué iba mal hace un minuto, o si solo era un presentimiento típico de los líderes. A mí me sonaba a pleonasmo de los guionistas, figura retórica que consiste en añadir enfáticamente más palabras de las necesarias para explicar algo. Un pleonasmo audiovisual, que son los peores. Hasta que el otro día me fijé en la segunda frase más repetida de la cinematografía, que también suele decir el protagonista a un compañero herido, o a su novia, o al grupito de supervivientes de lo que sea. «Todo irá bien», va y dice el tío. Y todos le miran atónitos, igual que en el caso anterior. Lecciones de liderazgo. No hay más que juntar ambas frases para entender qué es un relato ganador. Algo va mal. Pero todo irá bien.