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¿Cómo están queridos lectores? Espero que con la cabecita más centrada que el señor Elon Musk que acaba de tener a su decimoprimer hijo al más puro estilo de familia subvencionada del Opus y le ha puesto de nombre Techno Mechanicus, flipa con la ida de olla del personaje. El señor que despide gente con la misma facilidad que tengo yo para olvidar donde he dejado las gafas de cerca, el elemento que se cargó al pajarito más famoso de Internet para poner una X de película porno, le ha puesto a su último hijo un nombre de trasformer, si ese niño no es carne de psicólogo desde ya, será un milagro. Pero es lo que tiene ser multimillonario, que te llaman excéntrico, porque si esto lo hiciera un tipo con un sueldo normal le tacharían de loco y los servicios sociales le quitarían al niño en cero coma.

Espero también que tengan muy clarito que ser rey y buena persona es completamente imposible. La última patinada moral de los tiparracos con corona la tenemos en el rey de Marruecos Mohamed VI, a quien nuestro rey «Preparao VI» llama «hermano», debe ser porque los dos tienen el mismo apellido y vienen de la dinastía sexto, perdón por el chiste malo. Pues bien, el sátrapa que lleva la corona en el país vecino estaba en sus lujosas mansiones de París, pegándose más fiestas que el emérito cuando era joven, o aún le funcionaba el viagra, mientras en su país morían miles de personas por un terremoto.

Veamos unos datos por eso de entender mejor las cosas: al rey de Marruecos se le calcula una fortuna de más de 5.000 millones de euros, unos doce palacios en su país y otros dos palacios más y un castillo con 1.200 sirvientes en Francia, una flota de 600 coches de lujo, un yate valorado en más de 50 millones de euros, una colección de relojes de lujo que incluye uno de oro blanco que tiene incrustados más de mil diamantes, y dos Boeing privados. Y el tío se goza toda esa pasta indecente expoliada a su país mientras gran parte de su pueblo vive en unas condiciones lamentables.

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No me entra en la cabeza que un ser humano quiera ser súbdito en lugar de ciudadano. No computan mis neuronas que alguien trague con eso de que alguien sea rey por la gracia de un dios. Me cuesta empatizar con los que tienen alma de sirviente, con los que abusan de la genuflexión ante una persona con corona. No sé si es que faltó guillotina, si es que desconocemos la historia y la repetiremos hasta extinguirnos, o es que entre la polución y el envenenamiento de las aguas nuestro cerebro se está pudriendo, pero les juro que me cuesta horrores comprender la existencia de las monarquías en pleno siglo XXI. Claro que entiendo que todos los criados mediáticos y represores que tienen a su servicio les apoyen, les va el suculento sueldo en ello, pero ¿el resto?
2 Sea como fuere no olviden tampoco que ustedes son superiores moralmente a todos aquellos que carecen de empatía y desconocen la solidaridad, como los energúmenos que boicotearon un minuto de silencio en homenaje a los niños, las mujeres y los hombres fallecidos en el terremoto de Marruecos. La conciencia y la moral nos definen como seres humanos, los que carecen de ella pierden humanidad con la misma rapidez que ellos se la quitan a todos lo que no sean de su clase, de su puñetera élite económica. Para que luego digan que no me mojo lo suficiente.

Aunque para mojarme por dentro de verdad de la buena prefiero, como ya bien saben, una cervecita bien fría que temple los ánimos. Lúpulo y feliz jueves.

conderechoareplicamenorca@gmail.com