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El controvertido proyecto lingüístico de José Ramón Bauzà le hizo salir por piernas de su partido y del Govern en 2015, obligando al Partido Popular a purgar en la oposición durante ocho años, tanto en el Parlament como en otras instituciones de Balears.

Ahora, de nuevo la elección de la lengua en las aulas ha provocado indirectamente una crisis en el gobierno del PP de Marga Prohens en su relación con Vox. El desencuentro, además, ha tenido como damnificado a Xisco Cardona, diputado y portavoz adjunto del partido radical en el Parlament, y concejal en Maó.

Condenadas a entenderse, las dos formaciones de derecha recompondrán sus relaciones en esta ocasión porque el PP acabará apoyando la iniciativa de Vox sobre la lengua en los centros escolares, y estos darán el visto bueno al techo de gasto para que el Govern siga adelante con los presupuestos. Cualquier otro desenlace es muy improbable por las pésimas consecuencias que tendría para unos y para otros.

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Sin embargo, de este nuevo distanciamiento que hurga en la crisis doméstica del partido de Abascal  por la lucha de egos, entre otras discrepancias, sale peor parado su principal «voz» en Menorca.

Xisco Cardona pierde protagonismo en el Parlament al ser destituido de la portavocía adjunta, por haberse postulado a favor de la abstención positiva de su partido que habría permitido al PP sacar adelante el techo de gasto propuesto.

Es el primer revés directo que encaja el coordinador de Vox en Menorca después de haber batallado contra molinos y gigantes en la Isla. Superó el rechazo frontal de sus predecesores en los puestos orgánicos del partido con unos buenos resultados en las urnas tras armar listas que le dieron representación por primera vez en el Consell y los ayuntamientos de Maó y Ciutadella. Víctima, en parte, de guerras intestinas, ahora le apartan a la brava por defender una posición más moderada en ese matrimonio de convivencia. Cardona calla pero alguien debería dar explicaciones.