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Ring... ring. - Buenos días, ¿es la señora Díaz Ayuso? -¿Y usted quién cree que soy, si me llama a mi propio teléfono móvil?
- Claro, claro. Qué tonto, son los nervios. Una amiga suya de Menorca me dio el número, espero que no le importe.
- Si me importa o no, es cosa mía, pero si usted ya me oculta el nombre de su informadora, que yo ya sé quien es, porque en Menorca de conocida solo tengo una, es que piensa que ha hecho mal. Bueno, dejémonos de rodeos, que España nos necesita en estos días de zozobra y no hay tiempo que perder, no se me vaya a adelantar Alberto. ¿Quién es usted y qué desea?
- Me llamo Portella y cada semana...
- ¿Portela? ¿No le pusieron nombre sus padres?
- Sí, claro, Josep, como Josep Piqué y Josep Duran i Lleida
- Y Josep Tarradellas, no veas el listillo. A ver, ¿qué quiere? ¿de qué medio es? Porque es usted periodista, ¿no?
- Bueno, esto es para el diario «Menorca», de la mismísima Menorca. Y no soy periodista, Dios me libre.
- Espere un momento, que consulto con la app que nos ha dado el partido… Muy bien, ningún problema. Tiene cinco minutos.
- Anteayer, usted dijo que España entra en una dictadura y que para salvarla cuenta con el Rey, las Fuerzas de Seguridad y el Ejército. ¿Se olvidó de jueces y obispos? ¿Era una llamada para un golpe de estado?
- ¿Del «Menorca» ha dicho? Bueno, yo lo he dicho, sí. ¿Pasa algo? ¿No estamos en una democracia? Por cierto, de los jueces nunca me olvido, pero hay que respetar la separación de poderes, usted ya me entiende.
- ¿Ya se ha puesto en contacto con el Rey?
- Nada, me han dicho que ahora tiene mucho lío con lo de la Genoveva esa y la monarquía danesa.
- No, usted ha dicho que hemos entrado en una dictadura. ¿Si en el Congreso se reúnen los votos suficientes para elegir un presidente constitucional, como puede ser una dictadura?
- Porque nosotros ganamos las elecciones y no podemos gobernar. Eso es algo que no podemos permitir. Aunque en eso tiene parte de culpa Alberto.
- ¿Y qué piensa cuando ve a los animosos manifestantes del PP y de Vox llamando hijo de puta, traidor, presidente ilegal, a prisión, Xapote… al futuro presidente y periodistas terroristas a los informadores?
- Pienso lo que pienso, pero lo que le puedo decir es que siempre hay que mantener las formas y entender que las masas están cabreadas porque las hemos estimulado nosotros. Adiós.
- Pero si solo llevamos un minuto... pip, pip, pip.
Ring… ring…
- ¡Sí, dígame!
- Le llamo desde «OK diario» (mentida podrida)
- Pase, pase… digo, diga, diga.
- Señor Abascal, estaba muy marcial en la protesta contra Sánchez y el PSOE, usted va siempre con todos los botones en su sitio. ¿No cree que se pasaron un poco con los insultos?
- Insultos, cuando es para defender la honra de la nación no existen los insultos. Nada, nada, ¿qué son cuatro piropos cuando están vendiendo España a los separatistas con este pacto de la vergüenza? Hoy más que nunca, hemos de clamar: ¡Viva la España Carpetovetónica! ¡Viva Frascuelo y Don Pelayo! Hoy hemos de ser uno más en la lucha contra la dictadura del PSOE y liberar España del yugo de los pactos. España nos necesita. Los españoles que se manifestaron ante Ferraz eran unos auténticos patriotas, la patria es lo más sagrado, con la patria no se juega.
- Eso también lo decían los de la kale borroka cuando quemaban autobuses en Donosti, que eran unos patriotas, que todo lo hacían por la patria. Y lo mismo los CDR, cuando cortaron los accesos al aeropuerto del Prat, que eran unos patriotas. En los conflictos siempre suele haber patriotas mezclados.
- Oiga buen hombre, ¿no será usted un periodista revisionista, un cobarde liberal, un...? ¿No es usted patriota? ¿No le hierve la sangre cuando ve nuestra bandera? ¿No daría la vida por España?
- Pues no, la verdad, que quiere que le diga. Yo soy como Miguel Delibes, mi patria es mi infancia, mi país mis amigos. Bueno, y ahora que ya han firmado el pacto, ¿qué piensa usted?
- Yo, ¿qué voy a pensar? Lo mismo. Que hay que ir a la resistencia permanente contra este tirano y los enemigos de España, ya que esto es el fin de la democracia a la que tanto contribuyó mi partido de entonces. Estamos ante un golpe de Estado, ante un presidente ilegal. Y ahora le dejo que voy a levantar unas barricadas. Por cierto ¿es usted español?
Ring… ring…
- Buenos días por la mañana. Soy Hermann Leopold Tertsch del Valle-Lersundi, Herman para los amigos. ¿Qué desea?
- Señor Hermann Leopold Tertsch del Valle-Lersundi, lo vi en la kale borroka de Madrid diciendo que los periodistas eran basura. Usted, que es periodista, ¿a qué se refería?
- No se equivoque, hay periodistas buenos y periodistas malos. Los que son basura son los malos, los antiespaña. Supongo que usted lo entiende, porque usted es español, aunque le noto un acento raro.
- Hago lo que puedo con las eses y las ces. Pero ¿no cree que hay que dar una oportunidad a un gobierno que será elegido democráticamente por la mayoría de diputados?
- ¡Qué oportunidad ni que ocho cuartos! Esto es una mayoría ilegítima, ilegal, ilógica.
- Lo de ilógica no se lo discutiré, pero lo de ilegal… Además, no es la primera vez que lo dicen ustedes. Ya lo dijeron cuando pactó Sánchez con Pablo Iglesias, dijeron que era ilegal y que no duraría cuatro días. Ningún juez se opuso y duró cuatro años. Hace cuatro años, Pablo Iglesias era su demonio; ahora lo han reemplazado por Puigdemont.
- ¡No mente a Satanás en mi presencia! Además, cuando no gobernamos nosotros, todo es ilegal. A ver si lo entiende, caballero.
- Bueno, señor Hermann Leopold Tertsch del Valle-Lersundi, no le molesto más. Ahora que llega la Navidad a lo mejor se impone el espíritu navideño y todos podemos vivir un poco más relajados.