No señalaremos, no somos chivatos, pero a menudo, tras escuchar una auténtica lluvia de quejas, lamentos y lloriqueos por parte de algún individuo o colectivo, y pese a que algunas nos las sabemos de memoria por su reiteración, no seríamos capaces de explicar de qué se quejan exactamente. En el alud de quejas, a veces contradictorias y no argumentadas, se nos escapa de qué se están quejando, y teniendo en cuenta que estamos en la civilización de la queja, tanto analógica como digital, eso es un problema grave. Críticos y satíricos hay pocos, quejicas muchos, y aunque la ciencia de la queja han alcanzado extraordinario desarrollo en las últimas décadas, con aportaciones de la filosofía, las matemáticas, la estadísticas, la sociología, el marketing y la política, la abundancia de las mismas, que ya exige la instalación en las esquinas de terminales públicos para quejas a modo de libro de reclamaciones, ha reducido mucho su nivel de calidad, y ya nadie sabe de qué se queja tanta gente.
¿De qué se quejan?
02/12/23 4:01
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