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Hace bastante tiempo que casi todo lo que dice, pretende o legisla el Gobierno, es inmediatamente declarado inconstitucional por la oposición de derechas (el propio Gobierno también lo es, además de ilegal), y en consecuencia, denunciado al Tribunal Constitucional. Tribunal que a su vez ya no es garantía de constitucionalidad, y ofrece serias dudas constitucionales (lo han denunciado de manera preventiva) a la parte más extrema de esa derecha desde que, a diferencia del Consejo General del Poder Judicial, fue renovado. Así pues, tenemos un Gobierno inconstitucional, un CGPJ caducado que elude la Constitución por no renovarse, y hasta un Tribunal Constitucional sospechoso de grave inconstitucionalidad por haberse renovado. Por lo uno o por lo contrario, últimamente aquí todo es inconstitucional, y digo yo si no es hora ya de preguntarse por el grado de constitucionalidad de la propia Constitución.

¿Es constitucional la Constitución? En teoría sí, muchísimo, no hay más que ver el frenesí constitucional con que la defiende nuestra oposición de derechas, pero en la práctica no es seguro, puesto que todo, salvo ellos mismos, les parece obviamente inconstitucional. Y no hay país que aguante tal grado de inconstitucionalidad cotidiana y reiterada. Naturalmente, preguntarse hasta qué punto es constitucional la Constitución carece de sentido, es la pregunta más idiota del mundo, sólo justificable porque España es el paraíso de las preguntas idiotas, y hoy celebramos el día de la Constitución. Que no sólo es festivo, sino pilar fundamental del puente de la Constitución, ese gran jolgorio prenavideño.

Nunca me habría atrevido en otro momento a formular la pregunta del título, que de rebote nos lleva a preguntarnos para qué sirve una Constitución si todo resulta ser inconstitucional, incluidas leyes aún no promulgadas. Por suerte, hoy es una jornada muy especial, y tengo la respuesta. Sirve para programar fiestas y puentes que impulsan nuestra festiva economía, hacen feliz a la gente y le permiten desconectar de la maraña legislativa que soportamos.

Puede que la Constitución no sea muy constitucional, o constitucional según se mire, pero es festiva. Y algo es algo.