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Durante los últimos días se están publicando distintas informaciones sobre las vinculaciones de la consellera de Vivienda, Marta Vidal, con algunas empresas con las que trabajó antes de aceptar el cargo público. El gran escándalo es que Vidal aparece como administradora de una sociedad a pesar de ser incompatible cuando debería tener dedicación exclusiva. Ella justifica que la culpa es del notario por no comunicarlo al Registro Mercantil. Incluso ha mostrado pruebas para demostrar su versión.

A partir de esta polémica la pregunta es la siguiente: ¿Puede una persona preparada dedicarse a la política incluso perdiendo dinero? A tenor de la cacería que han iniciado contra Marta Vidal resulta una temeridad que un profesional de éxito pueda dar el salto a la política durante un tiempo determinado para intentar aportar lo que sabe. Y reitero que mayoritariamente lo hacen perdiendo mucho dinero. El sueldo que cobra actualmente Marta Vidal será una barbaridad para muchos diputados que nunca han cotizado en una empresa privada, ni lo harán, pero estoy convencido de que para ella está muy por debajo de lo que solía facturar como profesional.

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Ante esta polémica queda muy claro que solo los funcionarios y algunos parados con titulación universitaria pueden dedicarse a la política. Los profesionales liberales de éxito mejor que sigan con sus profesiones porque en la política serán perseguidos y difamados, muchas veces de manera artificial, pero sufrirán ataques que ellos nunca imaginarían. No debe estar demasiado acostumbrada Marta Vidal a aparecer varios días seguidos en las portadas por su antigua actividad profesional sin que se haya demostrado que haya cometido una ilegalidad. Y gran culpa la tienen los políticos profesionales, que redactan leyes para que solo puedan acceder ellos, con tantas incompatibilidades mientras se ejerce el cargo y después que cualquier profesional de éxito ni se plantee en sus peores pesadillas dedicarse a la política. En cambio, un político que deja su actividad pública regresa a su puesto de funcionario al día siguiente sin ningún problema. Un profesional debe hacer un gran esfuerzo para recuperar clientes y ponerse al mismo nivel que dejó antes de entrar en política. Esto le puede llevar varios años.

Por este motivo la política está repleta de personajes mediocres que llevan décadas en activo sin que puedan explicar qué han hecho realmente por la sociedad, qué solución han resuelto o cuántos puestos de trabajo han creado más allá del suyo propio, y bastante bien pagado por sus méritos. Podría dar varios nombres a diestro y siniestro, pero no es el caso. Luego Toni Costa se extraña de que no encuentra gente para ocupar puestos en la Administración. Si es un milagro conseguirlos.