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Hacía muchos años que no pasaba el invierno en España y por tanto que no vivía las fiestas navideñas aquí, en Madrid. Todo ha cambiado mucho desde que yo era joven y me he llevado algunas sorpresas.

La primera es cuando empiezan las llamadas fiestas. Las iluminaciones ya están en su apogeo un mes antes del día de Navidad. Pero los festejos, celebraciones y el dejar de trabajar, parecen empezar la semana del 6 de diciembre que con el acueducto ya hay mucha gente de vacaciones. En aquella semana Madrid se llenó hasta los topes de visitantes. Después del acueducto hay unos días de vuelta a una media normalidad y justo la semana antes del 25, todo el mundo de vacaciones y la Universidad cierra hasta el 8 de enero.

Es curioso ese cierre en una época que no hay estudiantes y el personal científico se puede dedicar totalmente a la investigación. Eso es lo que sucede en Estados Unidos. Claro que allí el 25 de diciembre y el 1 de Enero son fiesta, pero los otros días son de intenso trabajo. En España, el concepto de Universidad que tienen muchos de sus dirigentes es el de una escuela para mayores. Para ellos, la Universidad está solo para enseñar, no para investigar. Lo peor de pensar así es que no se puede enseñar bien si no se investiga. No es una sorpresa pues que las Universidades españolas no consigan puestos altos en las evaluaciones a nivel mundial.

A mí me fue bien este cierre, como tele-trabajo pude usar la computadora de la Carlos III casi para mí solo e inundarla con mis trabajos. Lo que me hubiera llevado unos meses lo pude hacer en unos pocos días. Así que personalmente no me quejo de las fiestas.

Luego están las iluminaciones de las calles, un gasto enorme de electricidad y que en Madrid dura 45 días. El presupuesto del Ayuntamiento para esta iluminación es de 4,3 millones de euros, cuantos problemas sociales se podrían resolver con ese dinero. Cuando paseo bajo esas luces se me viene a la memoria la situación de la Cañada Real, cerca de Madrid, donde sus habitantes hace cinco años están sin electricidad. Es doloroso ver ese malgasto cuando hay situaciones como esas.

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Madrid es la ciudad de España que más gasta en iluminaciones, pero no es la única. Le sigue Vigo con 2,37 millones de gasto en iluminación y así otras. Las 33 ciudades que más electricidad consumen en iluminaciones por esas fiestas suman un total de 11,9 millones de gasto y dicen que hay crisis! Pero todo va dirigido a estimular el turismo y aumentar el gasto.

En el siglo IV el papa de turno decidió hacer oficial la fiesta de Navidad el 25 de diciembre, a pesar de la falta de evidencia por esta fecha. Con ello quería tapar las fiestas paganas de la Saturnalia y del nacimiento del Sol Invicto. Por cierto tiempo se identificó a Jesús con el Sol Invicto. Así como evoluciona todo me temo que en unos años se identifique a Jesús con el Euro Invicto ya que la base de estas fiestas es hacer gastar dinero, gastar y gastar.

Antes no teníamos a Papá Noel en nuestras fiestas, ahora parece tan popular como en Estados Unidos y así tenemos la ocasión de comprar regalos dos veces: por Navidad y por Reyes. Otro factor que ha aumentado las posibilidades de gasto.

Se ha estimado según una encuesta de la OCU que el gasto medio por hogar en España es de unos 735 con lo que habría aumentado en un 15% en comparación con el año anterior. Claro hay mucha incertidumbre en ello. Además se estima que el gasto medio por regalos de reyes son 195 euros. Así que nos estamos acercando a un gasto medio extra por hogar de casi 1.000 Euros.

A la vez que vemos ese gasto excesivo en fiestas, si pasamos por comedores sociales vemos largas colas de gente que no tienen suficiente para comer. Es muy triste. Pero así celebramos la fiesta del nacimiento de quien de mayor nos diría: «Dar de comer al hambriento, vestir al desnudo,...» ¿Tiene sentido todo ese derroche?