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Barrunto algunas reticencias y equívocos absurdos entre la lengua castellana, la lengua catalana y nuestros dialectos en todas sus variantes. Es un problema que viene de muy lejos, pero que no debería inducir a confusión ni dividirnos, entre otras cosas porque dentro de cien años todos calvos. Todo tiene solución en este mundo, menos la muerte, o expresado en argot: «Jodamos, que todos somos hermanos». Es curioso que nuestras islas fueran ocupadas a lo largo de la historia por muchas civilizaciones, entre otras cosas debido a su situación estratégica. Fenicios, griegos, cartagineses, romanos, musulmanes, catalanes, y en el caso de Menorca: ingleses y franceses.

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Los fenicios hablaban fenicio, los griegos hablaban griego, los romanos hablaban latín, los musulmanes hablaban árabe, los catalanes hablaban catalán, los ingleses hablaban inglés y los franceses hablaban francés. Cuando los catalanes expulsaron a los árabes de Mallorca y Menorca no había internet, no había televisión, no había radio, en Menorca no había ni carretera -la hicieron los ingleses-, y la comunicación entre las alquerías y los pueblos consistía en un hombre sentado sobre un burro provisto de alforjas a quien llamaban «trajinante» o «trajinero»    traginer. La lengua de los conquistadores evolucionaba en cada aldea de un modo diferente y por eso surgían acentos y palabras nuevas o se perdían otras en cada lugar dando origen a diferencias a veces sustanciosas.

Es algo que ha ocurrido en todas partes. La pugna entre catalán y castellano es vieja, como vieja es la península Ibérica, donde conviven cuatro lenguas bajo la supremacía del castellano o español. La rivalidad entre pueblos ha erizado a menudo las disputas, ha levantado ampollas y en algunos casos guerras terribles. Lo dicho, no perdamos la perspectiva, como dijo Cela en «La colmena», recordemos que dentro de cien años todos seremos calvos y no hablaremos nada de nada (a menos que sea cierto que en el cielo hablan inglés). Hace años, en 1982, ejercí de profesor de inglés en el instituto Pau Casals, de Badalona, donde todos los alumnos eran emigrantes y hablaban dialecto andaluz. Recuerdo que se burlaban de la profesora de catalán en estos términos: «Oiga, profa, ¿loj Bíter no cantan en catalán, loj Bíter?». La ‘profa’ les dijo: «Sí, el disco que han hecho ahora en castellano para el programa de variedades de Televisión Española «300 millones», que se emite en toda Iberoamérica, por la otra cara lo han grabado en catalán».