Recuerdo que ya en el instituto había compañeros que se afiliaban a las Juventudes Socialistas y más tarde, en los primeros años universitarios, conocí a quienes fichaban por el PNV. A mí aquellos chavales y chavalas me daban entre grima y pena, porque pensaba que era ridículo adherirse a un partido político institucional a tan temprana edad, cuando uno debe creer en revoluciones y utopías. Pero estos eran más listos, infinitamente más. Uno de esa cuerda es José Blanco, Pepiño, el típico que como no vale para nada se mete en política. Lo hizo a los dieciséis años, listísimo él. Y ahí sigue, aunque por otros vericuetos. Ahora ha vuelto a la primera línea informativa por el tejemaneje del exministro Alberto Garzón –qué desilusión, este parecía cabal– al fichar por el lobby del galleguiño. Y ahí está el quid de esta controvertida cuestión.
Garzón
19/02/24 4:00
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