TW

La ironía del destino se firma con el fallecimiento del fundador de Unió Mallorquina al día siguiente de conocerse el renacimiento del partido. Es indudable el papel histórico de Jeroni Albertí en el asentamiento democrático de nuestro pequeño país, que desde la moderación y la centralidad ideológica, lideró la transición en Mallorca. Figura clave de la política local, pocos me parecen los reconocimientos que hasta la fecha ha recibido. Vuelve UM y me da a mí que hoy sacarían más votos que el Pi, cosa que tampoco es difícil.

El partido ha pagado con creces sus pecados y hay quien todavía, habiendo sido capaces de crear grupos terroristas desde el Gobierno de España, con muertos en el armario, se atreve a dar lecciones de ética política. Aquí no hay nadie libre de pecado. Alguien dirá que tiramos la vista muy atrás. Pues que no se preocupen.

A día de hoy, los medios, no todos, claro, van llenos de noticias del último caso de corrupción de las filas socialistas, el de las comisiones en la venta de mascarillas. Algo repugnante pensar que altos cargos del Ministerio se llevaban mordidas mientras la gente se moría por un resfriado mal curado. Pero oiga, no sé cómo se lo montan, pero en los casos de corrupción de la izquierda, los políticos siempre son las víctimas. Cuando es la derecha, siempre son culpables. No han aprendido a robar.