TW

Elegir dedicar una parte de tu tiempo a los demás, hacer voluntariado en alguna asociación u otra acción solidaria, es un regalo para todas las personas que forman parte de ello.

Aunque, como en todo en la vida, hay momentos más difíciles. En los que ves cosas que te duelen, te surgen dudas o simplemente te cuesta comprender el por qué.

Ver el dolor en otras personas y buscar la manera de aliviar su sufrimiento, a veces es complicado. Aunque hay un ingrediente clave siempre, el amor.

En algunas ocasiones, me he acostado llorando porque las injusticias duelen, las propias y las de otros. Y esas noches no son fáciles, se hacen eternas. Te enfadas, te indignas, tratas de buscar un porqué que no existe e incluso lloras. Yo reconozco que lloro mucho. ¡Y qué bueno es llorar!

Después de esas noches comprendes que forman parte de la vida y de este camino. De nuestro aprendizaje personal y colectivo.

Hay días que me acuesto pensando en si lo que hago o hacemos es suficiente, si hemos actuado de la manera más justa para todos (no es fácil). También, en cómo la ayuda puede llegar a más personas o me hago preguntas acerca de las iniciativas o acciones que realizamos.

Son momentos de reflexión, a veces de dudas, que te hacen plantearte muchas cosas.

Después de esas noches vienen regalos maravillosos.

Llega una sensación de amor indescriptible cuando ves cómo es la vida de generosa y cómo te va poniendo personas en el camino que vibran con la misma energía que tú y sin darte cuenta se van creando iniciativas y entras en una dinámica en la que ves la vida desde otra perspectiva.

Se crea una comunidad, lo que realmente somos.

El amor es la clave. El amor genera compasión y alivia el sufrimiento.

Siempre digo una frase:

«El amor todo lo transforma»

Porque en realidad no hay nada que el amor no sea capaz de transformar.

El amor hacia uno mismo y hacia los demás.

Todos los procesos de nuestra vida son así, de cambios, de aprendizajes, de momentos increíbles y de otros más duros. Lo bonito es comprender que todos ellos hacen que seas la persona que eres y los proyectos sean los que son.

El objetivo de todas las personas con las que camino es común, hacer del mundo un lugar mejor y cuando personas con un objetivo común se encuentran suceden cosas maravillosas, es magia.

Doy las gracias a todas esas noches en las que incluso he pensado en «tirar la toalla» porque han sido semillas de plantas llenas de amor y solidaridad

Que hoy van creciendo y haciendo del mundo un lugar mejor.