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Ring... ring...                                                                         

- Buenos días, habla usted con la sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid, en el antiguo edificio de Correos, en la misma Puerta del Sol. Si quiere seguir en castellano, pulse 1. Si quiere hablar en inglés pulse 2. Si quiere comunicar en otras lenguas oficiales de España puede esperar sentado. Madrid, Madrid, Madrid, pedazo de la España en que nací... Sí, Buenos días, ¿dígame?

- Le felicito por la sintonía telefónica. Bueno, yo quería hablar con la señora presidenta.

- Uy, la señora presidenta está indispuesta. Ayer fue a cenar al Viridiana, de Abraham García, y creo que se retiró a las cuatro de la mañana, solo por hacer la puñeta a Yolanda Díaz. Pruebe de llamarla a casa, a su pisito de Chamberí.

- ¿Se refiere usted al pisito de un millón de euros?, el doble de lo que Pablo Iglesias e Irene Montero pagaron por la casa en Galapagar, pues no he visto ningún escrache en Chamberí de los que iban por allí.

- Bueno, si la llama no empiece por ahí. Estos días anda un poco rara, creo que quiere organizar el día del hombre en Madrid, pero Rodríguez Almeida no está muy por la labor. Bueno, ya he hablado demasiado que yo solo soy un becario de la Complutense.

- No se preocupe, que ya sé cómo desenvolverme.

Ring… ring…

- Hola, espere un momento, que me acabo el café con almax… Diga, ¿con quién estoy hablando?

- Sí, déjeme que me presente. Soy un modesto articulista del diario «Menorca», precisamente de Menorca.

- Sí, claro, sería incongruente que usted fuese del diario «Menorca» y se editase en La Gomera. Vamos, digo yo. ¿Menorca, ha dicho? ¿Conoce usted a Benejam? Insistente, el edil. Cada vez que lo veo, que no sé cómo es que coincidimos tanto, me dice que si no iré a hacerle campaña electoral en las próximas elecciones municipales.

- Sí que conozco a Benejam. Somos buenos amigos, de lejos.

- Bueno, ¿qué se le ofrece?

- Leí con interés y quería desarrollar su idea de crear un Día del Hombre/

- Un Men’s Day, por favor. En inglés es más sexy y pega bien con mi idea de reconstruir al hombre objeto. También he pensado en Monu men’s, como Monumento, un monumento a la masculinidad.

- Bueno, ya sé que el «Menorca» no és «Vanity Fair», ¿pero podría abundar en la idea?

- Primero hay que escoger la fecha. Esto es muy importante. Después centrar el objetivo. Actualmente, los medios masivos invitan a que el hombre se olvide de su masculinidad, de tal forma que pueda ser igual a las mujeres, por lo que se busca cambiar su estilo en el vestir y forma de comportarse, desmeritando su fuerza, su capacidad de conquista y protección; así como su caballerosidad. Características que, por naturaleza, Dios les concedió para que hombre y mujer se complementen. Yo he pensado en San José, el padre virginal de Jesús, que nos enseña cómo se puede ser varonil, justo y prudente, pues él trabajó bajo la sombra del silencio y es un referente de la verdadera hombría. 19 de marzo. También he pensado en el aniversario del nacimiento de Juan Pablo II, que dedicó gran parte de su vida a la Teología del Cuerpo, con la que ayudó a los hombres a descubrir su verdadera esencia y dignidad. 18 de mayo, cerca de San Isidro. Aunque, sin desmerecer de los anteriores, creo que propondré el día 1 de noviembre.

- ¡El día de todos los santos!

- Sí, pero no por eso, que así seguro que acierto, sino por ser el día que tradicionalmente se representaba en España Don Juan Tenorio, paradigma del hombre español.

- Presidenta, este día traería cola. Creo que a Santiago le iría mejor Don Pelayo.

- Bueno, me lo pensaré. La cuestión es hacer la contraria a estas feministas de pacotilla de izquierdas. Bueno. Mire empezaríamos con un desayuno masculino: bocata chorizo y vino del Priorato. Después todos los hombres tendrían que ver entera la serie Machos Alfa, para aprender. A las doce, la Santa Misa. Seguidamente, desfile de la Legión. Después de la comida servida en casa, café, copa y puro. Lo tengo todo pensado. Por la tarde un concurso de mocetones vascos, los aiskolaris esos, y campeonato mundial para ver quién mea más lejos. En el Santiago Bernabéu, demostración sindical masculina como las que hacía el abuelo: camiseta imperio y pantaloncito blanco. Estoy en tratos con la WFCL, de Cincinnati, para una exhibición de rodeo antes de la corrida en Las Ventas. Por la noche, un western dancing para machos en la Plaza Real. Para los intelectuales, que haberlos haylos, un debate sobre el destino de la masculinidad en el occidente decadente, con Federico Jiménez Losantos, Pablo Motos, Luis Rubiales y Manu Sánchez. Yo creo que nos queda un programa de fiestas muy arreglado. Y más sabiendo que estoy improvisando, porque todo esto se me ha ocurrido ahora, mientras estoy hablando con usted. Si tiene usted alguna idea más, ya lo sabe, estoy abierta a sugerencias.

- Pero me dicen que Feijóo dice por allí que son ocurrencias suyas, y que él no sabía nada. Que el partido lo tiene que estudiar.

- ¡Qué partido ni que narices! ¡A mí, ponedme a prueba! ¡Mire que lo organizo! Por cierto, ¿no es allí, en Menorca, donde tienen unas fiestas en las que solo pueden participar los hombres? Se llama el jaleo, ¿verdad?    ¿Usted cree que podríamos organizarla aquí, en la plaza Mayor?

- Una última pregunta: ¿qué cenó ayer, presidenta?