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Ciutadella ha crecido y sigue creciendo a buen ritmo y con ella el parque automovilístico. De tal manera que resulta difícil encontrar sitio para aparcar. Esta dificultad se ve agravada durante la temporada turística en que la población se incrementa a más del doble y los coches en cifras similares. El crecimiento de toda población debe ser armónico, de tal manera que se tenga en cuenta la satisfacción de las necesidades estructurales de todo tipo que el incremento lleva consigo. En caso contrario, se producen desequilibrios, creando necesidades ciudadanas sin resolver, produciendo a la ciudadanía una sensación de agobio y frustración y ocasionando reacciones hasta contra el mismo crecimiento y sus causas. Este es el grave caso de los aparcamientos.

El crecimiento urbano de Ciutadella se fue produciendo, en un primer momento, como en mancha de aceite sin prever los necesarios aparcamientos. Este fenómeno se ve incrementado por el hecho de desterrar del casco antiguo, delimitado por la Contramurada y declarado peatonal, prácticamente todos los aparcamientos tradicionales, excepto la plaza del Borne. Esta emblemática plaza debe ser fácilmente accesible por muchas razones. En ella reside el Ayuntamiento con sus oficinas, Correos, el Juzgado de lo Social, la parroquia de san Francisco, el Teatro municipal, el casino del Círculo Artístico, la escuela pública «Juan Benejam» y además toda una trama de Bancos, tiendas comerciales, bares y restaurantes, sin olvidar los mercadillos de los viernes y los lunes instalados en el paseo central, muchos de cuyos participantes acuden, desde muy temprano, con sus furgonetas llenas de mercaderías aparcadas junto a sus puestos.

Otro de los alicientes principales de la plaza lo constituye el paseo. No cabe duda que el Borne es el lugar ideal para pasearse. La plaza es bonita y atractiva. Los palacios, el monumento central rodeado de jardines y del paseo elevado con las fuentes de agua, el acceso al mirador desde el que se contempla el puerto antiguo lo configuran como un lugar adecuado para el asueto y esparcimiento ciudadano. Tampoco pueden olvidarse la celebración en ella de fiestas como las de san Juan y otras celebraciones ciudadanas, instalaciones feriales, acontecimientos deportivos, etc. Todos estos aspectos contemplados en este último párrafo han provocado un sentimiento ciudadano cada vez más general y compartido hacia la declaración de la plaza libre de aparcamientos y total o parcialmente peatonal. Aspiración que ha sido llevada por algún partido al seno del Ayuntamiento, pero que, de momento, no ha alzado el visto bueno de la corporación municipal.

En efecto, a raíz de la ampliación del aparcamiento de la plaza de la Pau, detrás del OAR, un partido propuso la declaración de la plaza del Borne libre de aparcamientos, pero otros partidos consideraron que aquella ampliación no era suficiente para absorber todos los aparcamientos del Borne. De este modo la proposición no prosperó. No cabe duda que la plaza de la Pau es un lugar idóneo por su proximidad al centro de la ciudad y a la plaza del Borne, pero su capacidad no es suficiente. Por tanto, este es el criterio de la mayoría municipal, hacen falta más aparcamientos bien situados. La cuestión, efectivamente, se presenta difícil si se descartan soluciones como los del subsuelo de la misma plaza del Borne o de la Explanada, como en otras ocasiones se insinuaron.

Por mi parte creo que la solución debe encontrarse en la misma plaza de la Pau y no en excavar aparcamientos subterráneos, como una vez se habló por parte de la Iglesia, antigua propietaria de los terrenos, sino a base de construir sobre el aparcamiento existente, un complejo elevado de aparcamientos de uno o dos pisos, con lo cual la capacidad actual del aparcamiento del OAR podría duplicarse o triplicarse, posibilitando con ello la declaración de la plaza del Borne peatonal y libre de aparcamientos y, además, proporcionar al centro de la población y su contorno un número importante de plazas para coches y motos.

La solución es totalmente factible y su costo el más económico. Las ordenanzas municipales vigentes permiten las edificaciones en planta baja y dos plantas superiores. Por lo que edificar dos plantas más sobre el actual parking no desentonaría del resto de la mayoría de las actuales casas de alrededor, cada una de las cuales ya tiene un patio posterior. El lugar se encuentra, además, fuera de las normas restrictivas del casco antiguo. Se trata de una solución que no es original ya que se encuentra realizada en no pocos lugares, sin ir más lejos en el aeropuerto de Palma. Desde el punto de vista financiero solo hay que decir que le saldría gratis al Ayuntamiento. Serían muchas las empresas interesadas en construirlo y explotarlo en régimen de concesión, pensando en los beneficios. Creo que vale la pena que el Ayuntamiento, propietario del parking actual, estudie esta solución. Debido a las necesidades, cuanto antes mejor.