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¿Qué es terrorismo?, me pregunto. Creía que lo sabía pero cada vez encuentro que es más complicado el dar una respuesta. El primer paso al emprender el camino para encontrar la respuesta es consultar a la RAE. El diccionario oficial de la RAE nos dice que terrorismo es «la actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos». Bueno, eso encaja en la idea que tenía.

El ataque de los yihadistas el 11 M en Atocha, cuya atribución el Sr. Aznar y compañía distorsionaron de forma vergonzosa, es un típico ejemplo que encaja en la definición. También muchos de los ataques de la ETA cumplen estas condiciones, pero ¿las cumplen todos? Si estamos en una dictadura que no permite otros partidos y el que gobierna ejerce una represión fuerte con los que se oponen, a veces hay que luchar por la democracia atacando a quienes controlan la dictadura.

En el caso de la ETA tenemos el caso del atentado y muerte de Carrero Blanco. La muerte de ese político, colaborador directo de Franco y esperando ser su sucesor, fue de gran beneficio para poder tener una transición democrática en España. Yo no puedo clasificar ese atentado como terrorismo, sino como parte de la lucha contra la dictadura.

Recientemente, el juez García-Castellón ha acusado a la organización del Tsunami Democrático en Cataluña de organización terrorista. La acusación se basa en la muerte de un hombre por un ataque al corazón en el aeropuerto de Barcelona mientras el Tsunami Democrático organizaba cortes de carreteras cerca del aeropuerto. La historia casi da risa, pero me gustaría que se documentara bien ya que puede ser un ejemplo de libro para las facultades de Derecho para explicar lo que es el lawfare.

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Esa historia también la ha aprovechado García-Castellón para acusar a Puigdemont de terrorista, como dirigente de esta banda. Muchos calificativos puedan darle a Puigdemont, no precisamente halagadores, pero lo de terrorista suena a broma de mal gusto. Pero, claro, todo eso es parte de una lucha política contra la ley de amnistía.

Hace un par de semanas que hubo un atentado en el centro Crocus de Moscú por islamistas extremistas. Este es otro caso que encaja en la definición de terrorismo. Putin, siguiendo el modelo Aznar, ha acusado a los ucranianos de promoverlo sin ninguna base. Pero sí se puede decir que es terrorismo.

Por otra parte, Putin lleva mas de un año matando a ciudadanos ucranianos a base de bombardeos. Claramente las matanzas de civiles van dirigidas a causar terror y promocionar lucha por ocupar parte de Ucrania. ¿No es terrorismo lo que hace Putin? Se habla de la guerra de Ucrania, pero no del terrorismo de Putin en Ucrania. Parece que la palabra terrorismo solo se aplica a «los otros».

Hablando de terrorismo, no podemos olvidar a Netanyahu. Él está acusando constantemente de terrorismo a Hamas. Es cierto que Hamas ha llevado a cabo actos de terrorismo, en particular el que originó, o mejor dicho justificó, la guerra actual, pero no hay que olvidar que Hamas a la vez surge del odio que ha inducido Israel en los palestinos, a quienes quitó sus tierras y ahora los está matando. Las matanzas en Gaza por parte de Netanyahu son actos de puro terrorismo que en este caso se elevan a la categoría de genocidio.

Es importante entender la dinámica del terrorismo. Cuando el poder no actúa democráticamente y oprime y humilla a un grupo social, fomenta la reacción en contra de ese poder. Si los del grupo humillado no tienen oportunidad de respuesta a través de las instituciones, el resultado puede ser el nacimiento de grupos terroristas. El poder entonces usa los posibles actos de terrorismo para justificar agresiones aún más violentas y en sí de carácter terrorista, pero nunca se describe así. Los «malos» son los terroristas y los «buenos» actúan del lado de la justicia. Así se escribe la historia.