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En Estados Unidos la mayoría de universidades tienen una Facultad de Divinidad, que es como se denomina allí las facultades de Teología. En ellas se estudian entre otras cosas los libros de la Biblia, pero no necesariamente desde una perspectiva cristiana, sino mas bien histórica. Yo, por ejemplo, seguí unos cursos sobre el desarrollo histórico del Nuevo Testamento en la Universidad de Carolina del Norte que daba un profesor que no era cristiano. Este tipo de estudios permite tener una visión de la Biblia sin prejuicio religioso. En España cuando era joven eso no era posible, ya que todos los estudiosos teológicos se daban en seminarios o centros de la Iglesia.

Los libros de la Biblia nos permiten conectar con culturas y tiempos de hace muchos milenios. Por ejemplo, nos lleva a ver las relaciones con el «Enuma Elish» y con «la épica de Gilgamesh», escritos de la cultura sumeria del tercer milenio antes de la era común. Así se pueden percibir cambios en cultura, conceptos religiosos y falsificaciones que se han hecho para adaptarla a los intereses de cada grupo.

Miembros de la asociación Alcem la Veu en Menorca

Una nueva oportunidad para mí de explorar diferentes interpretaciones de la Biblia me la ha dado una exposición fotográfica titulada «La fe rere els murs», que se celebró en la sala Sant Josep de Ciutadella patrocinada por la asociación Alcem la Veu. Se inauguró el 8 de marzo, como parte de las celebraciones del día de la mujer. Yo tuve la suerte de poderla seguir en la distancia gracias a fotos y vídeos. La muestra estuvo protagonizada por la fotoperiodista Maria Oliver, que presentó su proyecto sobre feminismo y espiritualidad, un excelente trabajo. Maria Oliver también me prestó un libro, «La revuelta de las mujeres en la Iglesia», que me permitió empezar a entender el movimiento feminista dentro de la Iglesia.

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Yo desconocía la existencia de estos movimientos de las mujeres dentro de la Iglesia. No hay prácticamente información en la prensa sobre ellos, pero existen en todo el mundo. Estos movimientos reivindicativos son ciertamente muy necesarios.

La Iglesia Católica es el mejor ejemplo de estructura patriarcal y vertical que aún existe en nuestra sociedad. En el siglo segundo de la era comun, la iglesia empezó a desviarse del concepto «Ekklesia», o sea comunidad, que tenia al principio. Podemos ver este concepto de Ekklesia en las epístolas    auténticas, solo seis, de Pablo de Tarso y en algunos de los evangelios apócrifos más antiguos. La Ekklesia estaba abierta por igual a hombres y mujeres. Como dice Pablo en la epístola a los Gálatas, en Cristo no hay diferencia entre amo y esclavo, entre judío y gentil y entre hombre y mujer. El mismo Pablo dirige la carta a los romanos a un grupo de personas, entre ellos a una mujer a quien denomina primera entre los apóstoles. Él hizo su labor apostólica compartiéndola con mujeres, como eran Lydia y Thecla. Por otra parte, Jesús también predicaba rodeado de hombres y mujeres.

Estos movimientos de las mujeres católicas son muy importantes. En primer lugar, las mujeres tienen que rebelarse contra la injusta dominación y las humillaciones que han sufrido. Como fue el caso de María Magdalena, compañera de Jesús que no lo abandonó en sus últimos momentos, como hicieron todos los discípulos masculinos y que ya dentro de la Iglesia se la transformó en prostituta. Las mujeres tienen que dejar muy clara su posición y reivindicación. Por otra parte también es bueno para la Iglesia mirar a sus principios e introducir cambios. Eso podría evitar la continua perdida de feligreses que sufre actualmente y podría atraer a las nuevas generaciones.

En tercer lugar, la Teología con perspectiva femenina que se está desarrollando desde hace pocos años permite tener una visión alternativa de los libros de la Biblia que complementa los estudios que ya existen y que siempre han seguido la vision patriarcal. Personalmente considero muy útil esta nueva visión que nos ofrecen.