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El príncipe Enrique y su esposa, Meghan, han estrenado una nueva residencia en los terrenos del castillo de Windsor poco antes del nacimiento de su primer hijo, que se espera a finales de este mes, según ha revelado hoy el tabloide británico «Daily Mirror».

Los duques de Sussex han abandonado el londinense palacio de Kensington, donde vivían hasta ahora, para mudarse a Frogmore Cottage, en el condado inglés de Berkshire.
La reina Isabel II les ha regalado la casa, que ha sido una de las residencias de la monarquía británica desde hace dos siglos y en la que los duques han acometido una profunda reforma.

Según los tabloides británicos, el matrimonio ha recibido ya al primer invitado en su nuevo hogar, el maquillador Daniel Martin, que fue el responsable de la imagen de Meghan en su boda, en mayo del año pasado. Un portavoz oficial de la pareja ya había anunciado en noviembre su intención de mudarse a Frogmore Cottage una vez hubieran concluido las obras de remodelación.

«Windsor es un lugar muy especial para sus Altezas Reales y están muy agradecidos de que su residencia oficial vaya a estar en esos terrenos», indicó entonces esa fuente.
Enrique y Meghan todavía no han desvelado cuál será el sexo de su primer hijo, ni tampoco han aclarado dónde planea dar a luz la duquesa de Sussex.

Expertos en la monarquía británica han apuntado que, si es niña, podrían optar por llamarla Diana, el nombre de su fallecida abuela paterna, la princesa Diana de Gales.

Si fuera niño, esos expertos especulan con la posibilidad de que se decanten por un nombre bíblico o de tradición real, como Matthew o James.