Laura de Chiclana, en una de sus últimas conexiones en directo.

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El pasado mes de marzo la reportera Laura de Chiclana llegó a Ucrania como enviada especial. Ocho meses en la zona de conflicto pasan factura. Como cada día, este jueves el programa de Cuatro En boca de todos, conducido por Diego Losada, daba pasó a la periodista desde Madrid. Desde el primer momento, De Chiclana mostraba síntomas de malestar. «¿Estás bien? ¿Sigues ahí? ¿Qué pasa Laura?», espetó el presentador. «Bueno son muchos meses aquí y estoy con un poco de ataque de ansiedad en estos momentos», contestó ella al instante.

Pasar tanto tiempo en zona bélica hace mella en el estado físico y mental de los periodistas. Después de tranquilizar a la reportera, Losada una advertencia a su equipo: «Esto nos lo tenéis que decir compañeros. Laura hablamos luego», dijo el presentador, aunque Laura quiso continuar con la conexión y explicó su situación: «No es la primera vez que me sucede esto antes de un directo. Es desagradable. Notas que estás saturada, que tu mente no puede más. Son muchas vivencias, las desgracias de las personas las llegas a hacer tuyas. No puedes salvar a las personas. Nuestra labor es comunicar, transmitir. Yo no soy voluntaria y muchas veces llegamos a puntos extremos en los que, aunque nos pongamos una coraza, se rompe y nuestra mente explota».

De este modo, Laura tiró de pundonor y continuó con la conexión en directo, en la que explicó que los investigadores han encontrado hasta 60 cuerpos con signos de tortura, «y se espera que vayan a aparecer muchísimos más cuerpos y cámaras de tortura, incluso puede haber entierros masivos. Han encontrado once habitaciones de detención en Jersón, en cuatro de las cuales se sabe que ha habido torturas», afirma la periodista. Además, sostiene que la situación ha llegado a tal punto que los propios ciudadanos ucranianos se han visto obligados a tener que beber agua salada.