Artist Dagnis Rozins, member of band Citi Zeni of Latvia performs during a dress rehearsal ahead of the first Semi-final of the 2022 Eurovision Song Contest in Turin, Italy, May 9, 2022. REUTERS/Yara Nardi | YARA NARDI

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Con la publicación en las últimas horas de la propuesta de Georgia, Eurovisión 2023 ha puesto sobre la mesa ya las cartas de sus 37 aspirantes al triunfo en la final de Liverpool del próximo 13 de mayo, con Suecia y Finlandia como grandes favoritas en las apuestas y España bien acomodada en el «top 10». Será una edición con muchos temas de raíz contemporaneizados en la mayor parte de los casos con electrónica, lo que repercutirá en el ya habitual predominio del inglés (un tercio de los temas se cantarán en otros idiomas), y en el que las bandas aumentarán su exigua cuota de los últimos años frente al dominio de solistas. Gran parte de la atención estará puesta en Loreen, campeona en 2012 con «Euphoria», que regresa de la mano de los mismos autores y con otro tema catártico, «Tattoo», el que ha obtenido los mejores augurios pese a (o precisamente por) su parecido melódico con «The Winner Takes It All» de ABBA.

La única duda es si podrá llevar a Liverpool la pesada escenografía de la preselección en Suecia. Según las casas de apuestas le pisará los talones la loca apuesta de Finlandia, «Cha Cha Cha» del teatral intérprete Käärijä, que viene a ser como si Rammstein interpretara un chachachá esquizoide. Probablemente aún empujada por el rebufo solidario de la guerra con Rusia, en tercer lugar aparece la vigente campeona, Ucrania, aunque con una canción que, combinando electrónica y soul de forma elegante, «Heart of Steel» de Tvorchi, podría desinflarse en el concurso. «Queen of Kings» de la noruega Alessandra es otra de las máximas aspirantes al triunfo con un cántico de empoderamiento femenino que conjuga aires vikingos y pop discotequero y sintetiza a la perfección toda la esencia del inefable «estilo eurovisivo».

A partir de este punto aparecen las disidencias según los pronósticos, aunque en todos ellos aparece bien posicionada (quinta o sexta) la española Blanca Paloma y su trance flamenco con base tenue de electrónica «EaEa», una propuesta que presumiblemente atraerá votos de los jurados profesionales. Hasta completar el «top 10» hay otra serie de países que se repiten en las previsiones, como el gran tema pop de la edición, «I Wrote A Song» de la anfitriona británica Mae Muller, o el divertido y naif «Who The Hell Is Edgard» de las austríacas Teya & Salena (como si The Ting Tings replicaran «That's Not My Name» con más sintetizadores y aún menos prejuicios). Bien posicionadas aparecen igualmente la candidata gala La Zarra con «Évidemment», un tema muy francés de música disco, y la israelí Noa Kirel con «Unicorn», otro corte para bailar y otra diva para sumar a una lista en la que aparece más abajo la polaca Blanka con «Solo».

No se debe perder de vista en la cabeza de las apuestas varios cortes que apuestan por el folk con una vuelta de tuerca moderna, especialmente la de la banda coral femenina Vesna, que desde República Checa presenta «My Sister's Crown», o la última en llegar, la georgiana Iru con «Echo». En esa línea pero con menos expectativas figuran las candidaturas de Moldavia (Parsha Parfeni, «Soarele çi Luna») o el cabaret de los vecinos portugueses (Mimicat, «Ai Coraçao»). Si bien no ha despertado el entusiasmo de años previos, Italia nunca debe dejarse de lado, sobre todo si viene representada por el campeón de Sanremo y exeurovisivo Marco Mengoni, que le tiene muy pillado el punto a baladas clásicas como «Due Vite». Lo mismo sucede con Países Bajos, que postula al dúo Mia Nicolai & Dion Cooper con la bella «Burning Daylight», cofirmada por el campeón de 2019 Duncan Laurence (el de «Arcade», el tema con mayor número de reproducciones de la historia del festival en Spotify).

Ecos de Simply Red traerán propuestas como la de Bélgica (Gustaph, «Because Of You») o Azerbaiyán (TuralTuranX, «Tell Me More»), mientras que Dinamarca apostará por un sonido más actual en la onda de Troye Siván (con Reiley y «Breaking My Heart») y Grecia (Victor Vernicos, «What They Say») o Suiza (Remo Forrer, «Watergun») harán que algunos se acuerden del romántico Lewis Capaldi. No parece que vayan a correr gran suerte, pero habrá fuerte presencia de bandas, como las de Eslovenia (Joker Out, que con «Carpe Diem» tirarán por una onda más funky y bailable), Malta (The Busker, «Dance (Our Own Party)»), Letonia (Aijá, «Sudden Lights») o Irlanda (Wild Youth, con el catártico «We Are One» y una línea de guitarra que remite directamente a sus paisanos de U2). Otro apostarán por el rock en sus diversas variantes, a destacar la conjugación de black metal y glam rock de los alemanes Lord Of The Lost («Blood & Glitter») frente a las más previsibles propuestas de Australia (Voyager, «Promise»), San Marino (Piqued Jacks, «Like an animal») o Rumanía (Theodor Andrei, «D.G.T. (Off And On)», ahora mismo la última en las apuestas.