Imagen de un niño comiendo castañas en el parque | Yan Krukau

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En otoño, los bosques se tiñen de tonos cálidos y el aroma de las castañas asadas se convierte en protagonista de las calles y mercados. Este pequeño fruto, típicamente asociado a la temporada otoñal, se convierte en una delicia para el paladar y, sorprendentemente, es también un aliado nutritivo que la ciencia respalda. Un estudio reciente ha arrojado luz sobre las virtudes de consumir un puñado de castañas durante esta estación, destacando que es un fruto seco con muy bajas calorías y repleto de beneficios para la salud.

El mito común es que todos los frutos secos son altos en calorías, pero la castaña se diferencia de sus contrapartes, como las nueces o las almendras. Este fruto, autóctono de muchas regiones de España y tradicionalmente vinculado a la cultura popular, es en realidad bajo en calorías, con aproximadamente 196 kcal por cada 100 gramos, aunque si las consumimos asadas aumentan un poco, hasta 250 kcal, comparado con las más de 600 kcal que pueden aportar otros frutos secos.

Las castañas y su aporte nutricional

Las castañas son una fuente excelente de hidratos de carbono complejos y fibra. Proporcionan energía de liberación lenta y ayudan a mantener estables los niveles de azúcar en la sangre. Además, su contenido de grasa es muy bajo, lo cual las hace una opción saludable y ligera. En términos de micronutrientes, las castañas son particularmente ricas en potasio. Sorprendentemente, contienen más potasio que el plátano, siendo una excelente opción para quienes buscan cuidar su salud cardiovascular. El potasio ayuda a regular la presión arterial y mejora la función muscular.

Diversos estudios científicos han evidenciado las bondades de incluir las castañas en nuestra dieta. Su riqueza en antioxidantes, como la vitamina C y los polifenoles, las hacen poderosos aliados para fortalecer el sistema inmunológico y prevenir enfermedades crónicas. Además, el contenido de fibra favorece la salud digestiva y contribuye a una sensación de saciedad, lo cual es beneficioso para el control del peso.

Castañas en la dieta diaria

Incluir un puñado de castañas en la dieta diaria puede ser tan simple como incorporarlas en ensaladas, guisos, o simplemente consumirlas asadas o cocidas. Además de ser deliciosas, son una forma excelente de garantizar una dosis diaria de nutrientes esenciales. Además, las castañas son también fuente de vitaminas del grupo B, magnesio, y fósforo, que favorecen el correcto funcionamiento del sistema nervioso y contribuyen al mantenimiento de huesos y dientes fuertes. A pesar de sus beneficios, la castaña ha sido durante mucho tiempo el fruto seco "olvidado" en España. Sin embargo, con la creciente conciencia sobre la nutrición y la salud, la ciencia está ayudando a redescubrir y revalorizar este fruto modesto pero poderoso.

En resumen, las castañas emergen como un superalimento que combina lo mejor de dos mundos: la delicia de un fruto seco y las bajas calorías que favorecen una dieta equilibrada. La ciencia respalda, con evidencia creciente, que el consumo moderado de castañas puede tener efectos positivos en la salud cardiovascular, la digestión, y el control del peso. Por lo tanto, la próxima vez que el aroma de las castañas asadas llame su atención en una tarde otoñal, recuerda que no solo estás eligiendo una opción deliciosa, sino también un aliado para tu bienestar, respaldado por la ciencia.