Un votante en la cabina de un colegio electoral de Menorca. | Josep Bagur Gomila

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La Junta Electoral de zona de Menorca ha dado por buenas las alegaciones presentadas por unas 200 personas que habían sido elegidas por sorteo, entre el 24 y el 28 de junio, para integrar las mesas electorales en calidad de presidentes o vocales, en los siete días posteriores a sus nombramientos. Las de este domingo fueron, por tanto, las elecciones de los suplentes que tuvieron que cubrir a los titulares.

Además de estas, 14 personas reemplazaron a otros tantos miembros de mesa que no se presentaron a las 8 de la mañana, la hora a la que estaban citados en las sedes electorales. Fueron 2 en Ciutadella, 2 en Ferreries, 1 en Es Castell y 9 en Maó, aunque la junta de zona aún no tenía este domingo los datos del resto de pueblos. Según la Ley Orgánica de Régimen Electoral General se enfrentan a una pena de prisión de tres meses a un año o a una multa de 6 a 24 meses.

La jornada se desarrolló con absoluta normalidad pero con distintas comodidades dependiendo del funcionamiento del aire acondicionado, porque el aire de los ventiladores no ofrece la misma frescura. El ‘Mateu Fontirroig, de Maó, por ejemplo, tenía «un estar d’angels», como opinaba una mujer a la salida, satisfecha por haber ejercido su derecho. «Tenemos todo el día, es fácil adaptarse aunque sea pleno verano», señalaba.

En ese mismo colegio una vocal abandonó la mesa 34A al sentirse indispuesta. La mesa continuó con solo dos integrantes.

Vigilancia itinerante

Como novedad en estas elecciones, en algunos colegios electorales de Maó y Ciutadella la vigilancia de la Policía Nacional fue itinerante y no fija como es habitual, para ajustarse al número de efectivos disponibles. Las comisarías disponían de la instrucción superior para poder hacer esta vigilancia móvil en caso de necesidad.