La recién elegida presidenta del Congreso, la socialista balear Francina Armengol. | Chema Moya

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El salto a la política nacional de Francina Armengol no ha podido empezar de mejor manera: presidenta del Congreso de los Diputados. La expresidenta de Baleares sigue la estela de Félix Pons y será la segunda mallorquina que logra ocupar este puesto en democracia, con 178 votos y la candidata del PP, Cuca Gamarra, se ha quedado en 139. La Mesa del Congreso que presidirá Armengol es la que marcará los plazos de la investidura y la política mallorquina será quien, llegado el momento, anuncie formalmente cuál es la propuesta del Rey para presidir el Gobierno.

Cuando el pasado 28M la urnas dieron un vuelco a la derecha en Baleares, esa misma noche ya se rumoreaba que Francina Armengol no estaría los próximos cuatro años dando la réplica de la oposición en el Parlament balear. Dicho y hecho. Poco se tardó en anunciar que la líder del PSIB levantaba el vuelo y ponía sus miras en el Congreso de los Diputados, un periplo político similar que han llevado a cabo otros líderes territoriales. Pero la jugada le ha salido redonda.

La primera mujer presidenta de Baleares durante ocho años ha recalcado que a la política autonómica no le dice 'adiós', habla de un 'hasta luego', porque no ha ocultado su intención de reconquistar la Presidencia del Govern en 2027, tras su paso por Madrid. Francesca Lluch Armengol Socias (Inca, 1971) se crio entre aspirinas y tiritas, en la farmacia regentada por su familia en la calle Mayor de Inca, y es socialista desde la cuna. Su padre, Jaume Armengol Coll, fue alcalde de Inca entre 1991 y 1995 y un militante destacado del Partido Socialista. Con este currículum, a nadie le sorprende que desde los años 90 estuviera afiliada al PSIB.

Estudió Farmacia en la Universitat de Barcelona, y más tarde hizo un postgrado en Dermofarmacia y estudios de Derecho en la Universitat Oberta de Catalunya. Después de completar su etapa universitaria, trabajó en la farmacia de su familia hasta 1999, al tiempo que iniciaba su carrera política. Poco se sabe de su vida personal. Mantuvo una larga relación con el dueño de la empresa Jardins de Tramuntana y en 2013 amadrinó a dos niños saharauis, Safia y Salek, que tenían 11 años entonces, para que desarrollaran todo el curso escolar en Mallorca, aunque ya habían pasado los últimos veranos en la Isla. Desde entonces viven con ella.

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Fue concejal del Ayuntamiento de Inca entre 1998 y 2000, y de 1997 al 2000 asumió la Vicesecretaría general de la Federación Socialista de Mallorca y la Secretaría de la Mujer del PSIB-PSOE. De ahí, ascendería a consellera y portavoz socialista en el Consell de Mallorca, diputada y portavoz adjunta del PSOE en el Parlament hasta que en 2007 fue investida presidenta del Consell de Mallorca. Durante esos cuatro años demostró el amor que siempre ha repetido sentir por la gastronomía, las costumbres y la tierra que le vio nacer: se embarcó en la titánica labor de conseguir el reconocimiento de la Serra de Tramuntana como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y logró bajo su mandato la declaración en 2010 del Cant de la Sibil•la como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Tras perder el Consell en 2011, se centró en liderar a los socialistas como principal grupo de la oposición en el Parlament, tras la marcha de su amigo y mentor, Francesc Antich, a Madrid como senador. Durante esos años destacó por su crítica contundente a las políticas del entonces presidente José Ramón Bauzá, con el que protagonizó numerosos y sonados enfrentamientos en el hemiciclo balear. Su otro frente de batalla, el del partido, lo ganó al imponerse en 2014 a Aina Calvo en las primarias para ser la candidata a la presidencia del Govern.

El fruto de esta oposición fue lograr 14 diputados para el PSIB en las elecciones de 2015, suficientes para lograr un pacto con Podemos y Més, que le permitió alcanzar la Presidencia del Govern, y convertirse en la primera mujer presidenta de la historia de las Islas. La reválida para Armengol llegó en los comicios autonómicos de 2019, cuando fue reelegida para un segundo mandato como presidenta, con 19 escaños, manteniendo su posición como líder política clave en Baleares.

Los últimos cuatro años han estado marcados por la pandemia, las restricciones y la grave crisis económica que sufrió la Comunidad. También por el caso Bar Hat, que la salpicó en plena gestión de la COVID. La noche del 7 de octubre de 2020, a las 2.10 horas, dos agentes de la Policía Local acudieron a un bar de Palma atendiendo las quejas de los vecinos. Armengol, acompañada por cinco personas más, se encontraba fuera del local en el momento en el que llegaron. La normativa vigente para frenar la pandemia obligaba a bares y restaurantes a cerrar antes de la una de la madrugada. La polémica estaba servida. Francina Armengol tuvo que salir días después a pedir perdón debido al revuelo, pero el daño estaba hecho.

PALMA. POLITICA. Encuentro en el Consolat. Las presidenta del Govern, Francina Armengol, hace un efusivo gesto con Pedro Sánche

El desgaste de la pandemia, la alta inflación, el auge del PP a nivel nacional y los errores de su gestión, todo pudo influir para que hace poco más de un mes perdiera las elecciones frente a Marga Prohens, 18 escaños frente a los 25 de la líder 'popular'. Tras lograr su escaño por Baleares el pasado 23 de julio, se enfrenta durante los próximos años a una tarea difícil, en una legislatura que se antoja, será bronca.