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La elección en primera vuelta del magnate Petró Poroshenko como nuevo presidente de Ucrania suscitó este lunes el «respeto» de Rusia, mientras que Occidente le felicitó y le pidió que se aplique con las reformas pendientes y busque una solución al conflicto con la zona este prorrusa.

Rusia tratará «con respeto los resultados de la votación del pueblo ucraniano», dijo su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, que conminó a Poroshenko a evitar que «se impongan en Kiev actitudes radicales» y a «establecer un diálogo igualitario y de mutuo respeto» con los rusohablantes.

En rueda de prensa, Lavrov calificó de «error colosal» la decisión del Gobierno de Kiev intensificar, tras las elecciones de ayer, la ofensiva contra los rebeldes prorrusos de las regiones de Lugansk y Donetsk, proclamadas independientes.

La Unión Europea aplaudió la «celebración exitosa» de las elecciones y pidió a su vencedor «nuevas medidas concretas» para rebajar la tensión en el este del país y en sus relaciones con Rusia.

En un comunicado, los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, observaron que los comicios tuvieron una alta participación y que su éxito, pese a la violencia en algunas zonas, «constituye un paso importante hacia el objetivo de rebajar las tensiones».

Barroso y Van Rompuy pidieron también a Rusia que use su «influencia sobre los grupos armados para rebajar la tensión de la situación sobre el terreno».

Tanto la canciller alemana, Angela Merkel, como el presidente francés, François Hollande, destacaron el «paso» que ha dado Ucrania con estos comicios, adelantados tras la destitución parlamentaria del presidente Víktor Yanukóvich el pasado 22 de febrero, después de tres meses de protestas opositoras.

«Pero es claro que hay que dar otros pasos como el comienzo de un proceso constitucional y la elección de un nuevo Parlamento», destacó Merkel ante la prensa.

En un comunicado, Hollande ofreció su apoyo a Poroshenko para que lleve a buen puerto «el diálogo nacional y ponga en marcha las reformas institucionales esperadas».

En el mismo sentido se expresó el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, que aseguró que la Alianza Atlántica está «comprometida» con su «alianza distintiva» con Ucrania.

«Deseamos continuar nuestra cooperación con el nuevo presidente y seguiremos apoyando los esfuerzos para buscar una solución pacífica a la crisis», dijo en un comunicado, y aprovechó para reiterar que los aliados «no reconocerán la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia».

El 21 de marzo pasado, Rusia se anexionó Crimea, un territorio que le había pertenecido hasta 1954, tras un referéndum de secesión de su población mayoritariamente rusahablante, que se rebeló contra el cambio de poder en Kiev que siguió a la destitución de Yanukóvich.

La rebelión de los ciudadanos ucranianos de origen ruso se extendió después a Lugansk y Donetsk.

El líder de los insurgentes de Donetsk, Denís Pushilin, se declaró hoy «listo» para dialogar con las nuevas autoridades de Kiev, pero sólo «con la imprescindible mediación de Rusia», y descartó, de momento, la vuelta de la región al seno de Ucrania.

El diálogo entre las regiones prorrusas y las nuevas autoridades ucranianas «debe continuar», porque «es la única solución en un Estado democrático», comentó el coordinador de la misión de observadores de la OSCE en los comicios, el portugués Joao Soares.

«Estas elecciones han confirmado el curso democrático que ha tomado el pueblo ucraniano», dijo Soares en rueda de prensa en Kiev, al destacar la valentía de los ucranianos pese a «los intentos de abortar el proceso por parte de grupos armados».

Lo mismo había observado ayer el presidente de EEUU, Barack Obama: «incluso en partes del este de Ucrania donde grupos separatistas apoyados por Rusia trataron de privar de derechos a regiones enteras, algunos ucranianos valientes aún fueron capaces de emitir su voto».

«Esta elección es otro paso importante en los esfuerzos del Gobierno de Ucrania por unificar el país», según Obama, deseoso de «trabajar con el próximo presidente, así como con el Parlamento elegido democráticamente, para apoyar los esfuerzos de Ucrania para promulgar reformas políticas y económicas importantes».

De momento, no se han convocado nuevas elecciones legislativas en el país, que la OSCE espera que puedan celebrarse a finales de año.