Un vendedor de televisiones en Seúl mira las noticias sobre la detonación de una bomba de hidrógeno en Corea del Norte | KIM HONG-JI

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Corea del Norte realizó este miércoles su cuarta prueba atómica en la que aseguró haber detonado por primera vez una bomba de hidrógeno, lo que ha generado una fuerte alarma, numerosas críticas y demandas de sanciones en la comunidad internacional.

Un seísmo de unos 5 grados de magnitud en la escala de Richter sacudió a primera hora de la mañana la región nororiental de Corea del Norte, haciendo presagiar lo que más tarde se confirmó como el cuarto ensayo nuclear del régimen norcoreano después de los realizados en 2006, 2009 y 2013.

A diferencia de las tres primeras pruebas, con explosivos nucleares convencionales, hoy el régimen afirmó haber utilizado la temida bomba termonuclear, capaz de multiplicar por millares la potencia de los explosivos lanzados sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945.

«Ahora somos un estado nuclear que también posee la bomba de hidrógeno», aseguró un locutor de la televisión estatal KCTV en un boletín especial horas después de la detonación.

Mientras los expertos comprueban si es cierto o no que Pyongyang ha usado la bomba H, las condenas de la comunidad internacional no se han hecho esperar.

El Gobierno de Corea del Sur prometió buscar medidas de castigo a Corea del Norte, mientras la Casa Blanca emitió un comunicado para condenar lo que considera una violación de las resoluciones de la ONU.

Sin embargo, la reacción de China ha acaparado más atención por tratarse del principal aliado de Pyongyang y mayor garante del régimen de los Kim, y a la vez mostrar una creciente oposición a sus ensayos nucleares y de misiles.

La cancillería china manifestó su rechazo a la acción de Pyongyang, remarcó que fue realizada «a pesar de la oposición de la comunidad internacional» e incluso convocó al embajador norcoreano en Pekín para expresar su malestar.

En este sentido, la detonación de hoy «es un desafío que va a poner a prueba la tolerancia de China hacia Corea del Norte», indicó a Efe el comentarista político surcoreano Shim Jae-hoon en Seúl.

Japón, por su parte, solicitó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que convoque una reunión de emergencia para abordar la acción del régimen norcoreano.

El Consejo de Seguridad castigó las tres anteriores pruebas atómicas norcoreanas con duras sanciones que limitan de forma estricta el comercio y las transacciones internacionales del país, agravando su aislamiento económico.

Por otra parte, tanto Corea del Sur como China y Japón comenzaron a recopilar datos para verificar si su vecino ha detonado una bomba de hidrógeno tal y como afirma o en realidad se trata de una bomba de fisión convencional.

Algunos expertos se han mostrado escépticos. «La potencia del terremoto causado por la bomba de hoy (unos 5 grados) es similar al de la prueba de 2013, por lo que no parece un gran avance», evaluó el comentarista Shim Jae-hoon.

Por su parte, el Ministerio de Defensa de Seúl cree que se trata de una bomba nuclear convencional y científicos surcoreanos evaluaron que podría ser un híbrido entre un dispositivo atómico de fisión y uno termonuclear, sin que pudiera llegar a considerarse plenamente una bomba H.

El nuevo desafío de Corea del Norte a la comunidad internacional llega dos días antes del cumpleaños del líder Kim Jong-un (nacido el 8 de enero de 1983 o 1984, según diferentes estimaciones), algo que para algunos no es casualidad.

«Kim Jong-un considerará apropiado celebrar por adelantado su cumpleaños con una prueba nuclear, pero ni siquiera la bomba de hidrógeno debe hacer olvidar al mundo la brutalidad y los abusos de la dictadura de los Kim contra el pueblo norcoreano», recordó la organización internacional Human Rights Watch en un comunicado.