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Al menos 29 personas han muerto y 50 han resultado heridas al estrellarse este domingo un avión militar en el sur de Filipinas, según ha informado a DPA el comandante de la fuerza antiterrorista del Ejército, William Gonzales.

Un total de 17 personas siguen desaparecidas, según la información de la que dispone el militar. El secretario de Defensa, Delfin Lorenzana, señaló en un escueto comunicado a los medios que en el avión viajaban al menos 92 personas, incluidos tres pilotos y cinco tripulantes.

El accidente tuvo lugar a las 11.30 horas (hora local), en el municipio de Patikul, provincia de Jolo. Según las primeras investigaciones, el avión de transporte de tropas, un Lockheed C-130 Hercules procedente de Mindanao, fue incapaz de aterrizar en la pista del aeropuerto provincial y acabó estrellándose en una aldea del municipio de Patikul, cerca del aeródromo.

Todos los heridos ellas están recibiendo tratamiento de atención inmediata en un hospital de Jolo.

"Al perder la pista de aterrizaje (el avión) trato de recobrar la potencia, pero no tuvo éxito y sufrió un accidente", indicó Sobejada en un comunicado, en el que precisó que la aeronave partió de una base en Cagayán de Oro, en la isla de Mindanado.

En el interior del aparato viajaban soldados que en su mayoría acababan de graduarse e iban a ser desplegados en un batallón que combate contra varios grupos extremistas islámicos que se refugian en el remoto archipiélago de Jolo, en el suroeste de Filipinas. Además de cinco vehículos militares.

El incidente causó una espesa nube de humo negro, conforme a los vídeos y fotografías publicadas en las redes sociales por testigos, mientras las llamas devoraban parte del aparato siniestrado.

Las autoridades desplegaron rápidamente un dispositivo de emergencia para buscar supervivientes y recuperar los cuerpos de los fallecidos entre los restos de la aeronave.

"Estamos haciendo todo lo que podemos para rescatar a los pasajeros" restantes, apuntó Sobejana.

Los supervivientes han sido trasladados a un hospital militar en la ciudad de Busbus, informaron las autoridades.

Además las autoridades han abierto una investigación para tratar de determinar las causas y motivos que han propiciado el siniestro.

El accidente vuelve a poner en el punto de mira al vetusto y pobremente mantenido arsenal del Ejército filipino, que generalmente adquiere aviones y helicópteros de segunda e incluso de tercera mano.

El C-130 accidentado fue entregado a principios de año a Filipinas mediante el acuerdo de asistencia militar que mantiene con Estados Unidos, quien operó la nave entre 1988 y 2016 y que pasó los últimos años en un hangar de una base estadounidense.

A finales de junio, seis personas perdieron la vida al accidentarse un helicóptero S-70i Black Hawk durante una misión de entrenamiento cerca de la base militar aérea de Clark, en el norte de Manila. El helicóptero era uno de los 16 adquiridos en 2019 y entregados el pasado noviembre.

A raíz de este incidente, el secretario de Defensa ordenó dejar en tierra de manera temporal toda la flota de Black Hawk mientras se procedía a una revisión.

En enero, un helicóptero UH-1H utilizado en la guerra de Vietnam y que posteriormente fue renovado sufrió un accidente durante una misión de abastecimiento en el sur del país y que se saldó con ocho soldados fallecidos.

El gobierno se comprometió en 2018 a destinar más de 6.000 millones de dólares para actualizar el desfasado arsenal del Ejército.