Sánchez participó este sábado en su cuarta cumbre de líderes del G20 acompañado de su vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, y en la que tuvo oportunidad de saludar y charlar cara a cara por segunda vez con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Ambos participaron en la foto de familia de los asistentes a esta cumbre, y fue después, en el momento en el que los líderes iban a tomar asiento en la primera reunión conjunta, cuando los informadores gráficos pudieron captar ese saludo y una charla distendida entre ambos de medio minuto.
Cordialidad con Biden
Fuentes de Moncloa informaron de que las imágenes evidencian la cordialidad del encuentro, que explican que se trató de un saludo típico entre dos dirigentes que coinciden en una cumbre de estas características y en el que intercambian unas palabras.
Esta es la primera imagen conjunta de ambos desde que el 14 de junio pasado pudiera captarse una primera conversación muy breve de los dos mientras andaban por un pasillo de la sede de la OTAN con motivo de la cumbre de la Alianza Atlántica.
Después, el 21 de agosto, mantuvieron una conversación telefónica en la que acordaron la ayuda española para la evacuación de Afganistán de colaboradores con Estados Unidos, para lo que España puso a su disposición las bases de Rota y Morón. Un gesto que Biden elogió públicamente.
El presidente de Estados Unidos ha invitado también a Sánchez a participar mañana, domingo, en un evento que ha organizado en los márgenes de la cumbre del G20 para analizar los problemas sobre las cadenas de suministro que están provocando desabastecimientos.
Durante la primera jornada de la cumbre, Sánchez subrayó que la prioridad de España en ella es sentar las bases de un crecimiento más sostenible, justo e inclusivo y hacerlo desde soluciones multilaterales.
«Sólo juntos -dijo- podremos afrontar con éxito los principales retos de nuestro tiempo».
Recuperación justa
En su intervención ante el resto de líderes abogó por una recuperación justa y anunció un aumento de la donación prevista de vacunas contra el coronavirus por parte de España que hará que en el primer trimestre de 2022 alcance los 50 millones de dosis.
España ha ido aumentando paulatinamente la donación de vacunas al mecanismo Covax y en septiembre el compromiso era que en el primer trimestre de 2022 alcanzaría los 30 millones de dosis, gran parte de ellas con destino a países de América Latina.
Sánchez advirtió no obstante de que las donaciones no son suficientes y pidió aumentar la producción de vacunas en el mundo y encontrar soluciones equilibradas ante el debate sobre las patentes.
La primera jornada de la cumbre de Roma fue aprovechada por el presidente del Gobierno para mantener una serie de reuniones bilaterales.
Apoyo a Argentina
Así, se entrevistó con el presidente de Argentina, Alberto Fernández, al que respaldó en las conversaciones para la renegociación de la deuda de su país con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
También con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau y el de Australia, Scott Morrison (con quienes habló de la lucha contra el cambio climático y la seguridad global) y con el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.
Completó sus entrevistas con la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva (quien le trasladó que su previsión es que las tensiones inflacionistas serán temporales aunque sin augurar un plazo concreto), y con la directora general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala.
Con ambas, Sánchez abordó cómo fortalecer el crecimiento económico, acelerar la recuperación verde e inclusiva desde el multilateralismo e impulsar el libre comercio sin dejar atrás a los más vulnerables.
Su agenda incluyó la participación en una reunión de los líderes europeos y africanos presentes en la cumbre auspiciada por el presidente francés, Emmanuel Macron, y en la que entre otros asuntos se abordó el problema de la migración.
Sánchez asistió además junto a su esposa, Begoña Gómez, a una cena ofrecida por el anfitrión del evento, el primer ministro italiano, Mario Draghi.
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