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Seis personas han muerto y ocho se encuentras heridas, una de ellas de gravedad, tras el desprendimiento de un parte del glaciar de la Marmolada, en los Dolomitas (Alpes italianos) y no se descarta que pueda haber varios desaparecidos, confirmaron a EFE fuentes del Salvamento Alpino de la región Véneto (norte). Mientras tanto se está produciendo la evacuación de la zona por si se producen nuevos desprendimientos y se buscan posibles víctimas.

El consejero regional de protección civil del Véneto, Gianpaolo Bottacin, informó de que podría haber diez desaparecidos pero aún esa noticia no se ha confirmado, así como tampoco se ha informado de la nacionalidad de los fallecidos y heridos. El desprendimiento, según las primeras informaciones de Salvamento Alpino, se habría producido cerca de Punta Rocca, en la vía de ascenso de la ruta normal para llegar a la cumbre donde había varios senderistas. Los cuerpos de las víctimas que fueron recuperados del hielo han sido trasladados al palacio de deportes de la localidad cercana de Canazei y se ha activado un equipo de psicólogos para asistir a los familiares. Las búsquedas continúan para verificar la presencia de otras personas son complicadas porque se temen más desprendimientos pero en la zona se han desplegado 5 helicópteros con sistemas para detectar cuerpos bajo las avalanchas y unidades caninas para comprobar la presencia de otras personas.

Mientras que los heridos, una de ellas en condiciones críticas, han sido trasladados a los hospitales de Trento, Bolzano, Belluno y Treviso. Precisamente este sábado en la Marmolada se alcanzó el récord de temperatura, con unos 10 grados en la cima, explicó el presidente de la región de Véneto, donde se encuentra la parte del grupo montañoso de la Marmolada. Zaia y el presidente de la región del Trentino Maurizio Fugatti, siguen constantemente la emergencia y Fugatti está llegando a Canazei, donde se ha establecido un punto operativo para gestionar la emergencia. Según los testimonios, el trozo de glaciar se partió en dos puntos, lo que se conoce como seracs, y generó un derrumbe de casi trescientos metros de ancho de hielo y piedras que arrasó todo lo que había a su paso. «Escuchamos un ruido fuerte, propio de un derrumbe, luego vimos una especie de avalancha compuesta de nieve y hielo descendiendo a gran velocidad y ahí me di cuenta que algo grave había pasado. Con binoculares se puede ver la rotura desde aquí», explicó a los medios uno de los gestores del refugio Castiglioni Marmolada, que presenció el accidente.