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El papa Francisco ha nombrado este sábado 20 nuevos cardenales -entre ellos un español-, de los que 16 podrán votar en un eventual cónclave, en un consistorio en el que ha configurado un futuro más universal y representativo para la Iglesia católica.

Francisco ha apostado por cardenales de lugares donde la Iglesia está creciendo, como Brasil e India; pero también donde los cristianos son minoría como Mongolia, Singapur o Ghana. De hecho, de entre los nuevos purpurados, seis proceden de Asia -aunque uno es de origen italiano-, cuatro son americanos; también hay cuatro europeos y dos africanos.

Además, otros tres trabajan en la Curia Romana: el británico Arthur Roche, prefecto de la Congregación para el Culto Divino; el surcoreano Lazzaro You Heung sik, prefecto de la Congregación para el Clero; y el español Fernando Vérgez, nacido en Salamanca hace 77 años, gobernador civil del Estado Ciudad del Vaticano, y primer cardenal de la congregación de los Legionarios de Cristo.

Aires de cónclave

Con este consistorio, Francisco ha elegido a 83 cardenales del total actual de 132 electores, es decir, casi dos tercios del colegio cardenalicio.

Inicialmente, el Papa iba a haber nombrado a 21 cardenales, pero finalmente han sido 20 porque el belga Lucas Van Looy renunció. De los nuevos cardenales, 16 son electores y, por lo tanto, podrán entrar en la Capilla Sixtina a elegir al nuevo Papa, y 4 no electores, que no tienen derecho a voto. De ellos, 5 americanos, 5 asiáticos, 8 europeos y 2 africanos.

El lunes y el martes, Francisco tendrá una reunión con todos los cardenales del mundo para reflexionar sobre la nueva Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, que reforma la organización de la Curia, la administración de la Iglesia católica, y aquellos que elegirán al futuro pontífice se verán las caras.

"Yo pienso que (Francisco) no está en retirada, creo ha corrido una voz en el mundo de que está en retirada. Yo nunca creí, pero ahora que lo vi personalmente... 'Tenemos papa Francisco para mucho rato'", ha afirmado este sábado el arzobispo emérito de Cartagena de Indias (Colombia), Jorge Enrique Jiménez Carvajal, en un encuentro con los medios.

Sin embargo, sí que ha admitido que la reunión servirá para que los responsables de elegir al próximo pontífice se conozcan.

"Creo que todo consistorio ayuda a conocernos un poco más, eso significará que a quienes les corresponda dar el voto puedan tener una idea un poco mejor de los otros cardenales", ha opinado este arzobispo colombiano, que tiene más de 80 años y, por tanto, ya no conserva el derecho a participar en un eventual cónclave.

En la misma línea se ha mostrado el prefecto de la Congregación para el Culto Divino, el británico Arthur Roche: "Obviamente (este cónclave no es la antesala de una retirada) no es verdad, él lo ha dicho. Pero vivimos en un mundo de rumores, crear varias historias que son interesantes para las personas, pero no es así".

Discurso del papa Francisco

En la ceremonia, el Papa ha instado al colegio cardenalicio a trabajar en dos planos a la vez: en lo grande y en lo pequeño, en el despacho y en la calle, en lo institucional y mano a mano con el pueblo.

"Un cardenal ama a la Iglesia, siempre con el mismo fuego espiritual, ya sea tratando las grandes cuestiones, como ocupándose de las más pequeñas; ya sea encontrándose con los grandes de este mundo, como con los pequeños, que son grandes delante de Dios", ha dicho Francisco en la basílica de San Pedro en una homilía medio improvisada.

A la ceremonia, en la que Vérguez Alzaga ha recibido la birreta cardenalicia, ha asistido el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, en representación de España. Asimismo, también ha estado presente el cardenal italiano Angelo Becciu, acusado de malversación de fondos en el juicio por la inversión irregular en un edificio de lujo en Londres, a quien Francisco cesó de su cargo como prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos hace dos años.

En la homilía, el Papa se ha dirigido a sus "queridos hermanos cardenales" para encargarles de "cuidar con valentía tanto las cosas grandes como las pequeñas". Citando a Ignacio de Loyola, ha dicho: "Cosa divina es no estar ceñido por lo más grande y, sin embargo, estar contenido entero en lo más pequeño".

Francisco les ha encomendado abanderar "este poder manso, esta universalidad atenta a los detalles". "El secreto del fuego de Dios, que desciende del cielo, iluminando de un extremo al otro, y que cocina lentamente el alimento de las familias pobres, de los migrantes, o de quienes no tienen un hogar", les ha recordado.