El presidente Alexander Lukashenko. | Reuters

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Absolutamente nadie ha aparecido en nombre de los mercenarios que pusieron en vilo el poder de Vladímir Putin. Ningún representante, mando o soldado raso del grupo mercenario ruso Wagner ha visitado aún el campamento en desuso que el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, ha ofrecido para que sus militares se instalen en el país, según ha afirmado este viernes a los periodistas un asesor del ministro de Defensa de Bielorrusia.

Cuando se le preguntó si los hombres de Wagner se habían personado para reconocer el lugar, Leonid Kasinsky dijo a Reuters: «No han venido ni han echado un vistazo». Según los términos del acuerdo negociado por Lukashenko para poner fin al motín armado el mes pasado, se suponía que el jefe de Wagner, Yevgeny Prigozhin, se mudaría a Bielorrusia junto con aquellos de sus combatientes que no deseaban unirse al Ministerio de Defensa de Rusia.

Pero el propio Lukashenko se ha ocupado de desmentir este extremo ante la prensa internacional. En este contexto, el presidente bielorruso abordó el aún incierto destino del Grupo Wagner, hasta hace poco protagonista destacado de la guerra en Ucrania y que deberá exiliarse en Bielorrusia tras su fracasada rebelión contra la élite militar rusa.

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Tras afirmar el 27 de junio que Prigozhin se encontraba en Minsk, a donde debía exiliarse, el mandatario bielorruso indicó que el jefe de los wagneritas se halla actualmente en Rusia. Lukashenko también admitió que la cuestión del despliegue de Wagner en Bielorrusia aún no se ha resuelto. «No estamos construyendo campamentos. Les ofrecimos varios antiguos campamentos militares que se usaron en tiempos de guerra», dijo.

«Pero el Grupo Wagner tiene una visión diferente para su despliegue. Naturalmente, no les contaré cuál», añadió. En todo caso recalcó que, si finalmente se reubican mercenarios en Bielorrusia, se determinará el marco en el que operarán en Bielorrusia a través de una ley o un decreto presidencial. Lukashenko enfatizó que el Grupo Wagner es la unidad «más experimentada en combates» y que «puede servir a la defensa de Bielorrusia si el país es atacado», pero aseguró que desde el territorio bielorruso no se atacará a nadie, incluyendo a Ucrania.

El líder y aliado de Putin también se pronunció sobre la contraofensiva de Ucrania. Se trata, según su parecer, de un esfuerzo que no ha dado los resultados esperados. Lukashenko aprovechó para realizar un llamamiento al líder ucraniano, Volodímir Zelenski, a dialogar con Putin. Según el mandatario bielorruso, su homólogo ucraniano «ha comprendido definitivamente que no ganará esta guerra. Que esta contraofensiva no traerá nada más que la muerte de miles y miles de personas». «Debemos detenernos ahora, sentarnos a la mesa de negociación. Sin condiciones previas».