El presidente de Ucrania (i) y el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valerii Zaluzhnyi, en Dnipró. | Reuters

TW
1

El presidente ruso, Vladímir Putin, confirmó este jueves que Ucrania lanzó un ataque de mayor intensidad en la provincia sureña de Zaporiyia, donde, según el Instituto de Estudios para la Guerra (ISW), Kiev habría iniciado ayer una «ofensiva mecanizada». Putin aseguró que Kiev ha perdido más de 200 soldados durante el ataque, mientras que las tropas rusas sufrieron «diez veces menos» bajas al repelerlo, según declaraciones del jefe del Estado ruso a la televisión pública.

El presidente ruso señaló que el enemigo empleó «una gran cantidad de blindados», en torno a medio centenar, de los que 39, incluido 26 tanques, habrían sido destruidos. Rusia frenó la ofensiva ucraniana al norte de la localidad de Robotyne, en Zaporiyia y a menos de 20 kilómetros de Oríjiv, donde según el ISW Ucrania habría lanzado su «ofensiva mecanizada», según el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov.

Ucrania no ha desmentido ni confirmado por el momento estas informaciones. En su último discurso a la nación, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, felicitó anoche a sus tropas por los «muy buenos resultados» obtenidos durante la pasada jornada en el frente. Zelenski no dio más información al respecto y prometió que los detalles se conocerían pronto. El jefe del Estado ucraniano se desplazó este jueves a Dnipró para celebrar allí uno de sus consejos periódicos con su cúpula militar y de seguridad nacional.

La ciudad de Dnipró está situada relativamente cerca del frente, a unos 150 kilómetros de la localidad de Oríjiv, donde habría tenido lugar el citado ataque ucraniano. Los únicos detalles oficiales que de momento han trascendido del lado ucraniano cambian poco de los que suele anunciar Kiev a diario desde que comenzó la contraofensiva a principios de junio. Según el Estado Mayor de la Defensa de Ucrania, las tropas ucranianas continúan atacando en los flancos de la ciudad de Bajmut, ocupada por Rusia y situada en la provincia oriental de Donetsk.

Ucrania también estaría repeliendo con éxito los ataques rusos en la zona noreste del frente, junto a las ciudades de Kupiansk y Limán. Más al sur, cerca de la linde administrativa que separa la provincia de Donetsk de Zaporiyia, el mismo portavoz militar explicó que las fuerzas ucranianas consolidan con éxito las posiciones recuperadas en las últimas semanas. Otra de las fuentes ucranianas habituales sobre lo que ocurre en el teatro de operaciones, la viceministra de Defensa Hanna Maliar, aseguró hoy que las deserciones entre los nuevos soldados rusos movilizados para reemplazar a los que mueren o resultan heridos en Ucrania no dejan de crecer.

Maliar dijo tener conocimiento de numerosos casos de abandonos repentinos de sus unidades, e incluso de automutilaciones, para evitar ir a combatir a Ucrania. Mientras, el Centro para la Resistencia Nacional de Ucrania, creado por las Fuerzas de Operaciones Especiales de Kiev para promover la actividad partisana detrás del frente, afirmó hoy haber tenido acceso a testimonios de soldados bielorrusos descontentos que confirmarían la intención del grupo Wagner de atacar Polonia.

Según estos soldados, el grupo de mercenarios rusos intenta reclutar a militares bielorrusos a los que ponen una condición para alistarse: que estén dispuestos a participar en acciones contra las vecinas Polonia y Lituania.

Las autoridades militares ucranianas también informaron de un nuevo bombardeo ruso con misiles contra la región de Odesa, donde fue alcanzada una terminal de carga de cereales de uno de los puertos de la región. Un guardia de seguridad murió en el ataque a la infraestructura. Rusia ha atacado repetidamente infraestructuras portuarias de Odesa tras declarar el lunes de la semana pasada que dejaba de permitir la entrada al Mar Negro de barcos que se dirigen a puertos ucranianos para exportar grano.

Kiev denuncia estas acciones como un intento de provocar una crisis alimentaria en los países que más dependen del grano ucraniano, que están en África y Asia.

Precisamente este jueves se celebró en San Petersburgo una cumbre ruso-africana en la que el presidente Vladímir Putin anunció que enviará gratis en los próximos cuatro meses a seis países africanos entre 25.000 y 50.000 toneladas. Putin busca con la medida garantizarse la lealtad de la mayoría de líderes del continente africano, cortejados por una Ucrania que busca convencerles de que no les conviene confiar en el país que les corta el suministro del grano ucraniano del que dependen.