El canciller ruso, Sergei Lavrov. | Reuters

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El Gobierno de Rusia ha mostrado este martes su «profunda alarma» por la operación lanzada por el Ejército azerí en la autoproclamada república de Nagorno Karabaj y ha reclamado a Azerbaiyán y Armenia que «cesen inmediatamente las hostilidades» y vuelvan a la vía del diálogo. «Estamos profundamente alarmados por el drástico deterioro de la situación en Nagorno Karabaj», ha dicho la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajarova, que ha apuntado a «informaciones sobre el inicio del inicio de lo que Bakú llama 'medidas antiterroristas' y de acciones en respuesta por parte de las fuerzas armadas locales armenias».

«Rusia pide a las partes en conflicto que detengan el derramamiento de sangre, que cesen inmediatamente las hostilidades y que vuelvan al camino del acuerdo político y diplomático», ha indicado en un mensaje en su cuenta en Telegram, antes de subrayar que «todos los pasos para una solución pacífica al problema en Karabaj están descritos en una serie de comunicados trilaterales por parte de Rusia, Azerbaiyán y Armenia adoptados entre 2020 y 2022».

Así, Zajarova ha resaltado que «recientemente, a través de los esfuerzos de Rusia y otros mediadores internacionales, se habían empezado a formar requisitos previos para progresos a la hora de resolver pacíficamente el problema en Karabaj», incluidos «el inicio de la entrega de ayuda humanitaria», lo que «creó una base favorable para el reinicio del diálogo directo» entre Azerbaiyán y las autoridades de Nagorno Karabaj.

«En esta situación, el contingente de pacificación ruso sigue cumpliendo sus tareas. Partimos de la base de que la seguridad de nuestras tropas de pacificación será garantizada de forma incondicional por todas las partes», ha manifestado, al tiempo que ha desmentido que Bakú hubiera notificado por adelantado el inicio de sus operaciones.

«No es cierto. La información fue comunicada al contingente ruso minutos antes del inicio de las hostilidades», ha zanjado. Horas antes, el Gobierno azerí ha anunciado el inicio de «actividades antiterroristas» en Nagorno Karabaj tras denunciar la muerte de dos civiles y cuatro militares a causa de la explosión de sendas minas antipersona en la región, en medio de las continuas tensiones con Armenia.

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El objetivo declarado por Bakú es «garantizar el orden y restaurar la estructura constitucional de Azerbaiyán». «Durante las actividades antiterroristas en la región azerí de Karabaj no son objetivo la población civil ni las instalaciones de infraestructura civil. Sólo objetivos militares legítimos están siendo incapacitados a través del uso de armas de alta precisión disponibles en los arsenales del Ejército de Azerbaiyán», ha dicho el Ministerio de Defensa azerí, que ha pedido a la población que «permanezca lejos de las instalaciones militares y que no apoyen a las formaciones de las fuerzas armadas armenias».

Tras el anuncio de Bakú, el Gobierno de Armenia ha acusado a Azerbaiyán de «desencadenar otra agresión a gran escala contra la población de Nagorno Karabaj, destinada a completar su política de limpieza étnica». «Guiado por su sentimiento de impunidad, Azerbaiyán ha asumido abiertamente la responsabilidad de la agresión», ha dicho el Ministerio de Exteriores armenio. «Condenamos firmemente la agresión de Azerbaiyán contra Nagorno Karabaj y el crimen en masa que tuvo lugar exactamente hace tres años, en 2020».

«Es la continuación del uso a gran escala de la fuerza por parte de Azerbaiyán» ha señalado, antes de denunciar una «limpieza étnica» y confirmar que la capital de la región, Stepanakert, y otras localidades están bajo ataques de artillería «bajo el pretexto vacío de 'destruir objetos militares'». Por ello, ha recalcado que «el ataque ha estado precedido por la publicación de información falsa por parte del Ministerio de Exteriores de Azerbaiyán sobre ataques con minas y operaciones de sabotaje, lo que indica que el ataque estuvo planeado», antes de pedir a la comunidad internacional que «den pasos claros e inequívocos para poner fin a la agresión de Azerbaiyán».

Armenia y Azerbaiyán han intercambiado durante los últimos meses acusaciones de violación del alto el fuego de 2020, que puso fin a la Segunda Guerra de Nagorno Karabaj -tras la de 1994-. El conflicto se saldó con victoria de Azerbaiyán, que recuperó territorios tomados por Armenia en la Primera Guerra de Nagorno Karabaj, incluida la importante ciudad de Shusha.

Desde entonces, ambos países han mantenido diversos contactos para intentar firmar un acuerdo de paz, si bien las conversaciones han encontrado diversos obstáculos, incluida la situación en torno al corredor de Lachín, que conecta Armenia con la autoproclamada república de Arstaj. La zona cuenta con la presencia de militares rusos desplegados como fuerzas de paz en virtud del citado acuerdo de alto el fuego.