Colas de vehículos abandonando Nagorno Karabaj. | Reuters - ANATOLY MALTSEV

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Armenia acoge ya a unos 93.000 refugiados desde el domingo pasado, lo que supone casi el 80 % de la población de Nagorno Karabaj, territorio separatista azerbaiyano habitado por armenios que será reintegrado en el sistema legal y administrativo de Azerbaiyán tras la operación militar azerí de la semana pasada.

«A las 08.00 GMT el número de personas desplazadas de Nagorno Karabaj era de 91.448, si bien tres horas después ya eran alrededor de 93.000», dijo Nazeli Baghdasarián, portavoz del primer ministro armenio, Nikol Pashinián, en una rueda de prensa. Ello supone el 77,5 % de la población que residía en Nagorno Karabaj hasta el domingo pasado (120.000), cuando comenzaron las evacuaciones.

La mayoría tiene familiares o amigos donde instalarse temporalmente en Armenia, mientras que el resto, más de 20.000, ha aceptado alojamientos ofrecidos por el Gobierno. Aún siguen llegando miles de karabajíes por el corredor de Lachín, que une Nagorno Karabaj con el sur de Armenia, tras superar atascos que pueden suponer ahora 10 horas de viaje.

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Sin embargo, Baghdasarián precisó que el ritmo de las llegadas ha descendido en las últimas horas. Pashinián, que volvió el jueves a denunciar una «limpieza étnica» por parte de Azerbaiyán, predijo que en los próximos días «no quedará ningún armenio en Nagorno Karabaj».

Azerbaiyán rechazó rotundamente esta afirmación al recalcar a través del Ministerio de Exteriores que la salida de los karabajíes de Nagorno Karabaj «es una decisión personal e individual y no tiene nada que ver con una reubicación forzosa».

El presidente azerí, Ilham Alíev, reiteró hoy en el II Foro Nacional de Planificación Urbana en Zangilán, que garantizará los derechos de los karabajíes que permanezcan en Nagorno Karabaj. Los derechos religiosos, educativos, culturales y municipales serán «implementados de acuerdo con todos los convenios en los que Azerbaiyán es parte, nuestra Constitución y nuestras obligaciones internacionales».

No obstante, los karabajíes rechazan cualquier forma de convivencia con los azerbaiyanos tras dos guerras por el control de Nagorno Karabaj en las últimas tres décadas y una operación azerbaiyana relámpago los pasados días 19 y 20 que le permitió recuperar totalmente el territorio separatista. Temen que sus derechos y su seguridad no estén garantizados si permanecen en el enclave.