Búsqueda de supervivientes en Gaza tras un bombardeo israelí. | Reuters - MOHAMMED SALEM

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El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ha asegurado este lunes que los grupos palestinos «son más que capaces» de impedir incursiones terrestres por parte del Ejército de Israel en la Franja de Gaza, tras diez días de combates tras el ataque perpetrado por la facción islamista el 7 de octubre contra territorio israelí. «La resistencia palestina sobre el terreno es más que capaz de hacer frente con fiereza al Ejército de ocupación sionista e impedir sus intentos de incursión terrestre», ha dicho el portavoz de Hamás, Abdulatif al Qanu, según un comunicado publicado por el grupo a través de su cuenta en Telegram. «La ocupación se engaña si piensa que la guerra genocida que lleva a cabo contra nuestro pueblo restaurará la moral de su frágil Ejército, dará una imagen de victoria o eliminará su vergüenza por la humillación y la derrota», ha manifestado.

Así, ha denunciado que «los bombardeos contra edificios residenciales y el asesinato de niños y civiles sólo demuestran que es sanguinario, brutal e impotente ante los golpes de (las Brigadas Ezzeldín) Al Qassam», en referencia al brazo armado del grupo islamista palestino. «Las escenas de destrucción y muerte por las acciones de la ocupación en Gaza han tenido como respuesta la resolución de nuestro pueblo y su lealtad a su tierra», ha dicho Al Qanu, que ha dicho que «la lucha del pueblo contra la ocupación es una de voluntad y supervivencia».

Por último, ha hecho hincapié en que «todo el arsenal» de Israel «no será capaz de liquidar la causa palestina y desplazar a la población», al tiempo que ha pedido a la población de otros países que «continúen sus protestas en todas las ciudades y extiendan su solidaridad con los palestinos para la victoria de su justa causa». Naciones Unidas y numerosas organizaciones no gubernamentales han alertado del grave deterioro de la situación humanitaria en el enclave a causa de los bombardeos de Israel y el cerco impuesto tras los ataques lanzados el 7 de octubre por Hamás, que se saldaron con cerca de 1.400 muertos.

Asimismo, el grupo islamista que controla la Franja de Gaza ha afirmado que por décimo día consecutivo Israel no ha bombeado «ni un litro de agua potable» al enclave, pese a que las autoridades israelíes anunciaron ayer que había reanudado el suministro parcial. El portavoz del Ministerio de Interior y de Seguridad Nacional de Hamás, Iyad Al Bozum, dijo en un comunicado que el corte del agua potable «está obligando a beber agua contaminada» a los gazatíes. Auguró que esto va a desembocar en una crisis sanitaria que va a amenazar la vida de los ciudadanos que viven en la Franja.

El drama de la sed se cierne sobre una población de 2,3 millones de gazatíes por la falta de agua, que no se debe tanto al cierre de las tuberías ordenado por Israel hace hoy una semana y revocado este domingo parcialmente, sino más bien por la falta de combustible para las desalinizadoras de Gaza que abastecen a la población repartiendo agua en camiones. El agua del grifo en la Franja, extraída del subsuelo, es prácticamente imposible de beber por su alta salinidad. Aproximadamente 600.000 personas, la mitad de los habitantes de la parte norte, han hecho caso a la orden de evacuación israelí que afecta esta región y se han trasladado al sur, creando una situación de crisis humanitaria de enormes dimensiones en las ciudades meridionales de Jan Yunis y Rafah, que no están preparadas para tal emergencia.

La tensión en Cisjordania ha aumentado enormemente desde que Hamás lanzara, el 7 de octubre pasado, un ataque por tierra, mar y aire desde Gaza, que causó al menos 1.400 muertos, la gran mayoría civiles, y ha desencadenado un duro contraataque de Israel, que lleva diez días bombardeando la Franja de Gaza. Las autoridades palestinas han cifrado en cerca de 2.750 los muertos y en más de 9.700 heridos a causa de los bombardeos israelíes contra la Franja de Gaza, entre especulaciones sobre el posible inicio de una ofensiva terrestre por parte del Ejército de Israel contra el enclave.