Imagen del carguero accidentado en Baltimore. | Mike Segar

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El secretario de Transporte de Estados Unidos, Pete Buttigieg, ha advertido de que el Gobierno federal examinará si alguna de las empresas involucradas en el barco portacontenedores que se estrelló el lunes contra el puente de Baltimore es de alguna manera responsable de este siniestro, que provocó el derrumbe de la estructura y la muerte de seis personas.

«Será claro: si alguna parte privada es responsable de esto, rendirá cuentas», ha subrayado Buttigieg en declaraciones a la cadena CNN, en las que también ha aclarado que las autoridades no «esperarán» en cualquier caso a dirimir posibles culpas para «ponerse a trabajar».

Las autoridades locales han confirmado que el barco alertó poco antes de estrellarse contra el pilar de que había perdido potencia y las imágenes muestran un repentino desvío de la ruta inicial. Por su parte, las de Singapur han afirmado este miércoles que el carguero superó en 2023 dos inspecciones de seguridad.

La junta de seguridad para el transporte tiene previsto comenzar a interrogar este miércoles a la tripulación del barco, así como a los testigos que presenciaron el derrumbe y al personal de los servicios de emergencia que intervino en los instantes posteriores al accidente. El gobernador de Maryland, Wes Moore, también ha prometido ante los medios una «investigación completa» sobre la tragedia, ya que por el momento no se sabe siquiera el origen de los problemas técnicos esgrimidos por el barco. «Necesitamos rendición de cuentas para asegurar que estas cosas no vuelvan a ocurrir», ha declarado.

SIN PLAZOS

Fruto del impacto, el principal puente de Baltimore está ahora destruido y el tráfico fluvial ha quedado completamente cerrado. El secretario de transporte ha reconocido que, a día de hoy, no se sabe siquiera el plazo para recuperar una mínima normalidad, ya que «no es algo simple». «No sólo necesitamos que los barcos entren, también que los que estaban (en el puerto) puedan salir», ha explicado.

El gobernador de Baltimore tampoco ha querido marcar horizontes temporales, si bien ha recalcado que la reapertura de la zona es una prioridad, ya que de ella dependen 15.000 empleos directos y 140.000 indirectos. El puerto mueve «unos 51 millones de toneladas de mercancía extranjera», lo que le convierte en el más importante de Estados Unidos en este ámbito.