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Conducir ebrio no sólo es un peligro para la integridad de las personas sino que también perjudica las carreras políticas, profesionales e incluso religiosas como acaban de poner de manifiesto dos casos en España y Alemania.

El presidente de Nuevas Generaciones del PP y diputado nacional por Valencia, Nacho Uriarte, presentó su dimisión como vocal de la Comisión de Seguridad Vial del Congreso, tras dar positivo en el control de alcoholemia que se realizó al verse involucrado en un accidente de tráfico.

En un comunicado emitido ayer por el Partido Popular, el parlamentario "lamenta y reconoce los hechos acontecidos en la noche del pasado jueves 19 de febrero", cuando colisionó con otro vehículo en la calle Serrano de Madrid.

Por otro lado, La presidenta del Consejo de la iglesia Evangélica en Alemania (EKD) y obispo de Hannover, Margot Kässmann, dimitió ayer de sus cargos tras ser sorprendida saltándose un semáforo rojo en Hannover, conduciendo en estado de embriaguez.