Benedicto XVI. Fue elegido Papa en 2005 - Reuters

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Benedicto XVI viajará el 6 y 7 de noviembre, respectivamente, a Santiago de Compostela para participar como "peregrino de la fe" en el Año Santo y a Barcelona para consagrar el templo de la Sagrada Familia, en la segunda visita a España desde que fuera elegido Papa en 2005.

La presencia del Papa servirá para "reiterar el compromiso del cristianismo y del europeísmo" con la Santa Sede, según enfatizó ayer el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.

El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, explicó que el Papa le comunicó el lunes pasado, cuando se encontraba en una audiencia en el Vaticano acompañado por Núñez Feijóo, el deseo de efectuar una visita "muy sencilla" a Santiago.

Barrio había remitido en octubre una invitación al Pontífice para asistir a las celebraciones del Año Santo Compostelano, que fue "muy bien acogida" por el Papa y sus colaboradores, según el arzobispo, y para lo que se propusieron diversas fechas. El jueves pasado Barrio recibió una comunicación vaticana, entonces reservada, con la fecha que se había pensado para el viaje a Santiago, el 6 de noviembre, confirmada después en la reunión citada. "Desde el primer momento, el Papa tuvo mucho interés en hacerse presente aquí con nosotros", enfatizó el arzobispo. Manifestó una "gratitud profunda", porque el viaje "nos va a llenar de satisfacción -aseguró- y nos colmará de alegría", así que pidió colaboración para preparar todo lo mejor posible. "No ahorraremos esfuerzo para que este peregrino encuentre en nosotros esa hospitalidad que debemos darle", añadió, ya que acudirá a Santiago "como peregrino de la fe y testigo de Cristo resucitado".

El alcalde de Santiago, Xosé Antón Sánchez Bugallo, atribuyó la visita al interés de la Casa del Rey, según le confirmó el embajador ante la Santa Sede, Francisco Vázquez, indicó.

Al día siguiente, 7 de noviembre, Benedicto XVI presidirá una misa solemne en Barcelona para consagrar la obra maestra del arquitecto catalán Antonio Gaudí.
A juicio del cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, la visita papal tiene una dimensión "mundial" porque la Sagrada Familia es uno de templos más conocidos del orbe, aunque las obras tardarán aún entre 15 y 20 años. Así, pidió a los arquitectos que aceleren los trabajos de cubrimiento del templo, que estaría listo en mayo. Según el arzobispo de Barcelona, la celebración eucarística será "muy bonita" por la espectacularidad del templo, y es posible que el Papa ore ante la cripta del arquitecto.

La llegada del Papa y la consagración del templo "sobrepasan" aspectos de la cotidianeidad, como pudieran ser las obras del AVE o las elecciones autonómicas, consideró al ser preguntado por una posible coincidencia con la visita. En este sentido, el Gobierno tripartito catalán (PSC, ERC e ICV-EUiA) opinó que el viaje no tiene por qué interferir en la campaña electoral catalana, aún sin fecha, y "no sería un inconveniente".