‘labor day’. El presidente norteamericano saluda a los asistentes al acto celebrado en Milwaukee - Reuters

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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció ayer un amplio programa para mejorar las infraestructuras del país e impulsar el empleo con un coste de 50.000 millones de dólares y que se extenderá durante los próximos seis años. Según el discurso ofrecido por Obama en Milwaukee (Wisconsin), con motivo de la celebración del Día de Trabajo -un festivo muy destacado en el calendario estadounidense-, esta inversión permitirá construir 241.401 kilómetros de carreteras, 6.437 de ferrocarril y cerca de 300 kilómetros de pistas de aterrizaje, además de un nuevo sistema NextGen que mejorará el control de salidas y aterrizajes y contribuirá a reducir los tiempos de espera.

Asimismo, se creará un "Banco de Infraestructuras" que gestione las inversiones públicas en infraestructuras y que se ocupe de las grandes obras regionales o nacionales.
La propuesta forma parte de una serie de iniciativas que el presidente presentará mañana miércoles en Cleveland para apoyar la recuperación económica y asegurar un crecimiento sostenible a largo plazo.

Según los últimos datos facilitados por el Gobierno, el Producto Interior Bruto (PIB) creció entre abril y junio a una tasa anual del 1,6 por ciento, ocho décimas menos de lo que se había calculado inicialmente. El presidente ya ha pedido al Congreso que apruebe pronto un proyecto de ley que facilite créditos para las empresas pequeñas y que extienda los recortes de impuestos para la clase media, como una manera de impulsar la recuperación.

Entre las medidas que anunciará esta semana se incluyen rebajas de impuestos para la clase media y las pymes, beneficios fiscales para las empresas de I+D (investigación y desarrollo), energías renovables e infraestructuras, que permitan dar un impulso a la creación de empleo. Ayer se celebró en Estados Unidos el Día del Trabajo, pero con cerca de 15 millones de desempleados y una tasa de paro del 9,6 por ciento, hay poco que festejar. Para hacer frente a ese deterioro la Casa Blanca ha fijado su atención en la inversión en infraestructuras, que tienen una utilización intensiva de mano de obra y un rápido impacto en el empleo.