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Los disturbios que el, lunes, asolaron El Aaiún dieron paso ayer a una aparente normalidad en las calles de la capital del Sahara Occidental, aunque fuentes saharauis señalaron que se practicaban detenciones masivas en los barrios orientales, de mayoría saharaui, y al norte de la ciudad.

Testigos presenciales explicaron a Efe que militares y fuerzas de seguridad continúan desplegados por las principales calles de la ciudad, mientras que un buen número de comercios y cafeterías optaron hoy por cerrar sus puertas al público.

El paisaje después de la batalla campal del lunes muestra los graves daños sufridos en la sede de la televisión de El Aaiún, que fue asaltada e incendiada por manifestantes saharauis, así como en otros edificios públicos, oficinas bancarias y algunos negocios particulares.

El epicentro de los disturbios, la avenida Smara, aparecía ayer aún con restos de los disturbios y un gran número de militares y policías en furgonetas, pero dentro de una relativa tranquilidad.

Sin embargo, resulta complicado verificar hasta qué punto esa normalidad es sólo aparente ya que, por tercer día, Marruecos bloqueó el acceso a El Aaiún a los periodistas internacionales, por lo que todos los testimonios se han de obtener por teléfono.

La aerolínea de bandera marroquí Royal Air Maroc (RAM) dejó en tierra a trece corresponsales y enviados especiales de distintos medios -la mayoría españoles- que acudían a la ciudad para informar sobre los incidentes, los más graves en El Aaiún en casi dos décadas.

Fuentes saharauis relataron a Efe que la Policía practicó ayer en los barrios orientales de la ciudad un gran número de detenciones de jóvenes supuestamente implicados en los disturbios, aunque Rabat hasta el momento sólo ha dado a conocer 65 arrestados, todos ellos el lunes.

Esas mismas fuentes explicaron que las fuerzas de seguridad están quemando árboles y neumáticos a las orillas de Saguia el Hamra, al norte de El Aaiún, para conseguir que salgan muchos jóvenes que se han escondido allí, y entre los cuales puede haber algunos heridos.

Por el momento, Marruecos ha reconocido oficialmente nueve víctimas mortales, ocho de las cuales son efectivos de sus cuerpos de seguridad y uno es un civil saharaui.

Mientras, el Frente Polisario aseguró que los saharauis fallecidos en el desmantelamiento del campamento de protesta y los incidentes que se desencadenaron a continuación son once, mientras que cifró en 723 los heridos y en 159 las personas desaparecidas.

Jiménez pide a Rabat que deje informar libremente
La ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, pidió ayer a Marruecos que permita a la prensa trabajar de manera "transparente" en El Aaiún para informar sobre lo ocurrido tras el desalojo por la fuerza del campamento saharaui.

Jiménez, en declaraciones a los periodistas desde el municipio boliviano de Ayo Ayo, donde está de visita oficial, reclamó a Marruecos que investigue "con eficacia y con las debidas garantías" lo que sucedió durante el desmantelamiento de las jaimas, que provocó la muerte de un número aún indeterminado de saharauis y marroquíes.

La jefa de la diplomacia española lamentó "profundamente" estos hechos y e insistió en que el Gobierno de Rabat debe "permitir a la prensa trabajar".