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El Servicio de Estudios del BBVA (BBVA Research) revela que algunas cajas presentarán necesidades de capital durante los dos próximos años como consecuencia de los saneamientos de sus carteras de crédito, aunque a nivel agregado el sistema es "solvente".A su parecer, estas necesidades no supondrían un "peligro" para la sostenibilidad de la deuda pública a largo plazo aunque tuvieran que satisfacerse parcialmente con capital del Estado, como en otros países.

BBVA Research asegura que la reestructuración que ha puesto en marcha el Gobierno, que va en la "buena dirección", cambiará el modelo tradicional de cajas de ahorros y dejará un sistema financiero con entidades de mayor dimensión, más concentradas y, sobre todo, más solventes.

El Servicio de Estudios de la entidad asegura que el sistema financiero español es "solvente" en términos globales, aunque la heterogeneidad entre las distintas entidades haya provocado que algunas necesiten reforzar sus niveles de capital.

A su parecer, el problema español es "acotado" tanto en tamaño como en número de entidades, incluso frente a los nuevos requisitos de capital core. De hecho, estima que alcanzar los niveles del 8 por ciento y del 10 por ciento daría lugar a unas necesidades cercanas a los 13.000 millones y no los 20.000 millones que plantea el Gobierno.
Con esta aportación, que según el BBVA debería ser de capital privado, el sistema en su conjunto quedaría con un core capital cercano al 9 por ciento, muy por encima de los sistemas bancarios de otros países europeos. De esta forma, las entidades dispondrían de un colchón de capital "relativamente amplio" para afrontar los saneamientos de sus carteras crediticias en los próximos trimestres.

De hecho, BBVA estima que si se simula la evolución de ese core capital durante 2011 y 2012 el core capital agregado del sistema superaría el 9 por ciento a finales de 2012 y sólo un reducido número de entidades (supondrían menos del 10 por ciento de los activos del sistema) tendría un core capital por debajo del 6 por ciento.

Con todo, asevera que incluso en un escenario de riesgo las necesidades de capital seguirían siendo "limitadas y manejables", lo que no supondría una inconveniencia para la sostenibilidad de medio y largo plazo de la deuda pública si fuese necesario satisfacerlas con fondos públicos.

Aún así, advierte de que persisten incertidumbres en los mercados financieros sobre la situación española que "deben despejarse cuanto antes", por lo que medidas como los nuevos requisitos de transparencia establecidos por el Banco de España o los nuevos test de estrés europeos que se celebrarán a mediados de año deberían ayudar a disipar las incertidumbres.