Tsunami. El aeropuerto de Sendai, inundado por las olas gigantes del tsunami que siguió al terremoto de 8,9 grados en la escala Richter - Reuters

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Japón se vio sacudido ayer viernes por el peor terremoto de su historia moderna, con 8,9 grados en la escala de Richter, un temblor que podría dejar un balance de más de mil muertos y 88.000 desaparecidos, ya que la destrucción y los daños son incalculables. Las autoridades hablaban anoche de un "número extremadamente alto" de víctimas y alertaron sobre la intensidad de las réplicas. Los datos de la catástrofe se sucedían a lo largo de la jornada: una central nuclear sufrió un incendio y decenas de viviendas quedaron destrozadas por la rotura de una presa en Fukushima. Pero Japón no solo se vio asolado por el seísmo, ya que poco después llegó un primer tsunami de diez metros de altura que arrasó con todo a su paso. Poco después se declaraba la alerta por tsunami en numerosos países, como Rusia, Taiwán, Australia, Chile y México.

En la tarde del viernes, el suelo de Japón temblaba en el que sería el peor terremoto de su historia moderna. Con 8,9 grados en la escala de Richter, el temblor se clasificaría como el peor del país en los últimos 140 años y el séptimo más intenso de toda la historia. Se produjo a 24 kilómetros de profundidad, y el epicentro fue localizado a 130 kilómetros mar adentro de Sendai, en la isla de Honshu. El seísmo tuvo varias réplicas fuertes a lo largo de todo el día, y además provocó un primer intenso tsunami de diez metros de altura que arrasó todo a su paso, casas, automóviles y edificios. Además, durante la madrugada, un nuevo terremoto de 6,6 grados sacudió la costa nororiental.

El país quedó destruido, y se sucedían las noticias de las consecuencias devastadoras del temblor. Los reactores de las centrales nucleares se pararon según lo previsto, y la central de Fukushima Daini tuvo que hacer frente a un incendio que fue sofocado sin fugas radiactivas, según afirmaba el portavoz del Gobierno, Yukio Edano. Sin embargo, se declaró el estado de emergencia nuclear, y 3.000 ciudadanos fueron evacuados como medida de precaución. Además, todos los puertos japoneses cerraron, cancelándose todas las operaciones de carga y descarga. Trágico también el incidente de la prefactura japonesa de Fukushima, ya que una presa de la zona se rompió y decenas de viviendas fueron destruidas.

Pero sin duda las peores noticias las protagonizaban las incontables pérdidas humanas. Fuentes oficiales cifraban a los fallecidos en más de mil personas, al haber más de 1.800 viviendas destruidas solo en Minamisona, en la prefactura de Fukushima. Además, los desaparecidos podrían ser 88.000, según la agencia de noticias Kiodo. Cifras que iban ascendiendo según pasaban las horas y se conocían más detalles del desastre.

Pero el terremoto también tuvo como consecuencia un devastador tsunami que extendió la alerta a numerosos países del Pacífico, que no tardaron en reaccionar y prepararse para lo que podía suceder. Así, la alerta de tsunami se declaró en Rusia, Taiwán, filipinas, Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Australia, Nueva Zelanda, Fiyi, México, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, Honduras, Chile, Ecuador, Colombia y Perú.