Líder PP. Mariano Rajoy, ayer, en Sevilla - Reuters

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El líder del PP, Mariano Rajoy, aseguró ayer que llevar la legislatura hasta el final por el "puro interés partidista" del presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, y de "su candidato", Alfredo Pérez Rubalcaba, supone "un freno más a la salida de la crisis" y una muestra de rechazo al "interés general".

Un día después de que acabara el debate sobre el estado de la nación, que el PSOE interpretó como el comienzo de "un nuevo camino" para emprender las reformas pendientes hasta el final de la legislatura, el presidente de los populares insistió en la necesidad del adelanto electoral y en "dejar que hablen los ciudadanos en las urnas", y cuanto antes mejor, en su opinión.

Lo dijo en la 18 reunión intermunicipal que su partido celebra en Sevilla y que congrega a la mayoría de alcaldes del PP, muchos de ellos novatos en el cargo.

Sin conocer los resultados de la encuesta del CIS sobre el debate de estos últimos días en el Congreso, que le han dado la victoria, Rajoy declaró que los españoles están "ansiosos" por acudir a las urnas lo más pronto posible y "ponerse manos a la obra" para que empiece la recuperación económica.

Por ello, para el líder del PP, no adelantar las elecciones es "un freno más a la salida de la crisis" y un "retraso".

Rajoy personalizó ese parecer en Zapatero y en "su candidato" Rubalcaba, a los que acusó de querer sujetar el Gobierno actual hasta marzo del año que viene por "puro interés partidista".

Como este mensaje de Rajoy es común en casi todo el partido, al menos en la dirección nacional de la organización, la secretaria general, María Dolores de Cospedal, incidió en que el Ejecutivo es "capaz de sacrificar a España y los intereses de los españoles con tal de mantenerse a flote unos meses más".

Según el presidente del PP, los datos económicos dan fuerza a su mensaje, y así, citó dos ejemplos recientes, por un lado la caída de la venta de coches a los niveles de hace 18 años, y por otro, la tasa de desempleo que da a España la UE, un 20,9 por ciento, once puntos más que la media europea.

Para Rajoy, con ser "importantes" estos números, lo es más, si cabe, la falta de confianza que genera, dijo, un Gobierno instalado "en una permanente montaña rusa", pues un día anuncia una medida y al siguiente, la contraria. Así, a juicio de Rajoy, es imposible lanzar "elementos ilusionantes" para incentivar la inversión y el consumo.

Amparado en el poder de 3.750 ayuntamientos, 34 en capitales de provincias, y de 11 comunidades autónomas, el bagaje de los populares tras el 22-M, el presidente del PP expuso el programa de esos comicios como "el mejor aval" ante los ciudadanos y como el compromiso de lo que debe ser, a su entender, la recuperación.

Un compromiso que se estructura alrededor de cuatro ejes, la austeridad, la transparencia, la creación de empleo y la defensa de las políticas sociales.