BLANCO. El nuevo portavoz se compromete a respetar la verdad y la inteligencia de la gente - PSOE

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El nuevo ministro del Interior, Antonio Camacho, los dos vicepresidentes, Elena Salgado y Manuel Chaves, y el portavoz del Gobierno, José Blanco, tomaron ayer por la mañana posesión de sus cargos en una jornada marcada por la tormenta económica que sacude la Unión Europea.

De hecho, el ajuste ministerial que acometió el lunes el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha visto eclipsado por la situación de la deuda española, afectada de lleno por las incertidumbres en torno a la economía griega y las dudas sobre Italia.

Por ello, lo primero que hizo la vicepresidenta económica tras prometer su cargo ante el Rey fue reunirse en La Moncloa con el presidente del Gobierno para estudiar la crisis de la deuda soberana.

También Blanco aprovechó su primera intervención como portavoz del Gobierno para pedir a todas las administraciones públicas y a los actores económicos que contribuyan a "afianzar y reafirmar la estabilidad y la solvencia de la economía española".

Junto a este mensaje, Blanco admitió ante los periodistas que será muy difícil sustituir "al mejor", en referencia a Alfredo Pérez Rubalcaba, y se comprometió a respetar la verdad, la inteligencia de la gente, la independencia de los periodistas y la pluralidad de los medios.

Rubalcaba le entregó el testigo elogiando la elección de Zapatero porque Blanco es, a su juicio, una persona "muy cercana", que "está todo el día para lo que tiene que estar" y fiable.

Por su parte, Camacho aseguró, ya en el Ministerio del Interior, que "nada va a cambiar" en la política de su departamento tras la marcha de su antecesor, porque ha compartido "de principio a fin" todas las decisiones adoptadas por él.

Acompañado por Rubalcaba y otros tres ministros del Ejecutivo, Camacho resaltó los avances en la lucha contra el terrorismo "desde el respeto más escrupuloso a la ley y la democracia" y apostó por seguir en esta línea "fomentando la unidad de los demócratas y teniendo a las víctimas en el centro".

También se refirió a dichos avances Rubalcaba, quien en su discurso de despedida afirmó que en la lucha contra ETA se han conseguido avances "importantísimos" en los últimos años.

El candidato socialista elogió a su sucesor, al que calificó de inteligente, riguroso, reposado, trabajador y con sensibilidad humana y social. "Por eso será un gran ministro", añadió.

La jornada empezó para los cuatro ministros en el salón de audiencias del Palacio de la Zarzuela, donde prometieron sus cargos ante los Reyes y el presidente del Gobierno.

Cumpliendo el protocolo, el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, actuó como notario mayor del Reino y los miembros del Gobierno prometieron sus nuevas responsabilidades -todos formaban parte ya del Ejecutivo- ante un ejemplar de la Constitución, otro de la Biblia y un crucifijo.

Al finalizar, Don Juan Carlos, junto con la Reina y Zapatero, departieron con los nuevos ministros, aunque fue a Camacho, el único que se estrena como ministro, a quien el Rey saludó de forma más cariñosa.