ministro. Al Mualem dijo querer atajar los "actos de vandalismo" - Reuters

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El ministro sirio de Asuntos Exteriores, Walid al Mualem, aseguró ayer que su país celebrará elecciones legislativas antes de final de año y que las urnas actuarán "de árbitro" en las reformas anunciadas por el presidente Bachar Al Asad.

Según la agencia oficial Sana, Al Mualem se reunió el viernes con los embajadores acreditados en Damasco y les dijo que las autoridades sirias están comprometidas con las reformas anunciadas por Al Asad, que no han conseguido hasta el momento acallar las protestas de miles de manifestantes que reclaman casi a diario su renuncia.

El jefe de la diplomacia siria agregó que habrá "elecciones limpias y justas que lleven a una Asamblea Popular que represente al pueblo sirio a través del pluralismo político, garantizado por la ley de partidos políticos y la ley electoral".

Asimismo, enfatizó que el Parlamento elegido en los comicios revisará las leyes que se han adoptado para decidir sobre ellas.

Al Asad promulgó el pasado jueves los decretos legislativos 100, referido a la Ley de Partidos, y 101, sobre la Ley de Elecciones Generales, que abren el país al multipartidismo, aunque la oposición ha puesto en duda la efectividad de estas reformas, y ha cuestionado su demora, que llega tras meses de protestas y más de 2.000 muertes.

Para el ministro de Exteriores, el Gobierno sirio "insiste todavía en que el diálogo nacional es la vía para resolver la actual crisis", aunque, según él, "la ausencia de ese diálogo debido a la negativa de la oposición no nos deja otra opción que seguir la senda reformista".

Por último, Al Mualem subrayó que su país centra sus esfuerzos en la seguridad, la estabilidad y en "detener los actos de vandalismo, llevando al país por el camino de la democracia y el progreso".

Mientras, los enfrentamientos continúan. Al menos 24 personas murieron en la jornada de protestas del viernes en Siria, bautizada como el "Viernes de Dios está con nosotros", según los Comités de Coordinación Local.

Este grupo de oposición señaló que siete personas murieron en Arbin (al oeste de Damasco), cinco en Homs (centro), otras cinco en Hama (centro), tres en Dumair (al noreste de Damasco), dos en la capital, una en Deraa (sur) y otra en el suburbio capitalino de Madamiya.
Los Comités especificaron en un comunicado que algunas de las víctimas fueron tiroteadas por las fuerzas de seguridad en las manifestaciones tras la oración del mediodía, principalmente en Arbin, Dumair y Homs.

Mientras, otros murieron por los disparos de artillería y ametralladoras pesadas durante las manifestaciones nocturnas en Homs, según el grupo, que destacó que fue una respuesta a las manifestaciones y un intento de detener la deserción de soldados que no quieren disparar contra su pueblo.

La situación parece especialmente grave en Arbin, que permanece bajo asedio los dos últimos días, y donde se está impidiendo que los heridos sean trasladados a los hospitales de las ciudades vecinas, según los comités.

Por el momento, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos calcula que han fallecido al menos 1.653 civiles y 389 efectivos de las fuerzas de seguridad desde el inicio de la revuelta popular el pasado mes de marzo.