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El mercado automovilístico español cerró el ejercicio 2011 con un volumen de 808.059 matriculaciones de turismos que, aparte de suponer un descenso del 17,7 por ciento sobre el de 2010, confirma el segundo peor registro de la historia de esta estadística, sólo superada por las 792.500 unidades de 1993.

Diciembre, con un retroceso del 3,6 por ciento y 66.458 matriculaciones, ha sido un mes de cierre que no se ha apartado de lo que ha sido la tónica de la segunda parte del año, es decir descensos continuos -salvo un leve incremento en agosto- moderados, pero siempre partiendo de una comparativa interanual de muy escaso volumen.

Las reacciones del sector ante esta cifra han sido muy variadas en la orientación, posiblemente porque todas ya habían adelantado hace meses que el mercado no daba para muchos más de ese cierre definitivamente confirmado.

A este respecto, la directora de Economía de la asociación de fabricantes de automóviles (ANFAC), Arancha Mur, eligió la vía de los perjuicios económicos que a las arcas públicas les supone un registro tan bajo de matriculaciones.

Con el argumento de las cifras, los fabricantes puntualizaron que el Estado ha dejado de ingresar en torno a 450 millones de euros respecto al año anterior, ya que, por cada 100.000 coches de demanda adicional en el segmento de particulares se podrían generar unos ingresos extras a las arcas públicas de 320 millones de euros.

Los fabricantes hicieron hincapié en el esfuerzo comercial que durante los últimos tres años llevan a cabo marcas y concesionarios para estimular el mercado y ello hace que en la actualidad el usuario pueda adquirir un vehículo con el doble de equipamiento que hace cinco años, a un precio medio igual al de finales del año 2008.

Aniacam, la asociación de importadores, ya anticipa que las circunstancias macroeconómicas, sobre todo el crecimiento del PIB, pueden llevar a un 2012 incluso peor que el ejercicio recién concluido, con un descenso previsto del 2 por ciento.

Su presidente, Germán López Madrid, dibuja el panorama de un primer semestre con retrocesos bastante por encima de ese porcentaje, que se equilibrarán con un mejor comportamiento a partir de junio.