Catherine Ashton. La jefa de la diplomacia europea explica los acuerdos adoptados - Reuters

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La polémica por el petróleo iraní continúa. El país ha amenazado de nuevo con cerrar el estrecho de Ormuz si se imponen nuevas sanciones contra la exportación de su crudo después de que la Unión Europea haya aprobado algunas medidas que ya se esperaban, entre las que se encuentran el embargo al crudo gradual y la congelación de activos del Banco Central iraní.

En respuesta a los avances en su programa nuclear, los Veintisiete han aprobado nuevas medidas contra Teherán, entre las que se encuentran el embargo al crudo y la congelación de activos del Banco Central iraní. Medidas que para España suponen un sacrificio importante porque obtiene el 20 por ciento de sus importaciones de este país. Tras defender estas sanciones, los tres dirigentes europeos -Cameron, Merkel y Sarkozy- han prometido imponer "medidas fuertes" si el país no vuelve a la mesa de negociaciones.
Los embajadores permanentes de los Veintisiete llegaron a un acuerdo para prohibir firmar nuevos contratos de petróleo con Irán y poner fin a los contratos en vigor en la actualidad a partir del 1 de julio tras vencer las resistencias de Grecia para acordar un embargo al petróleo iraní, según han confirmado fuentes diplomáticas europeas.
Además, la Unión Europea acordaron congelar los activos financieros del Banco Central iraní, aunque sólo prohibirán las transacciones relacionadas con el programa nuclear y no afectarán al comercio legítimo que canaliza el banco emisor iraní.

Tras estas sanciones, en una declaración conjunta, el primer ministro británico, David Cameron, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolás Sarkozy, han definido como "sanciones sin precedentes" la decisión de la Unión Europea de prohibir la exportación de crudo iraní. "Nuestro mensaje es claro", afirmaron antes de dejar claro que no tienen "nada contra el pueblo iraní". Sin embargo, han subrayado, Teherán no ha restablecido "la confianza de la comunidad internacional en la naturaleza exclusivamente pacífica de su programa nuclear".

Así las cosas, declararonque no aceptarán que "Irán se dote de armamento nuclear" y denunciaron que hasta ahora Teherán "no ha respetado sus obligaciones internacionales, ya exporta violencia y amenaza al conjunto de su región". Por ello, pidieron al Gobierno de Mahmud Ahmadineyad que suspenda "inmediatamente sus actividades nucleares sensibles y acate totalmente sus obligaciones internacionales".

"La puerta está abierta si Irán acepta comprometerse seriamente en las negociaciones" sobre su programa nuclear, pero mientras "no vuelva a la mesa de negociaciones", los tres dirigentes europeos prometieron seguir "unidos para aplicar medidas fuertes que comprometan la capacidad del régimen para financiar su programa nuclear y que demuestren lo que cuesta tomar un camino que amenaza nuestra paz y nuestra seguridad".

Por su parte, el jefe de la diplomacia británica, William Hague, en declaraciones a la prensa a su llegada a la reunión de ministros de Exteriores, criticó que Irán sigue incumpliendo las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y dejó claro que el enriquecimiento del uranio al 20 por ciento por parte de las autoridades iraníes "no tiene uso civil plausible".

Por ello, justificó la aprobación de nuevas sanciones como "un aumento de la presión legítima" para garantizar que Teherán acepte participar "en negociaciones significativas" sobre su programa nuclear. "Son medidas pacíficas y legítimas. Se tratan de evitar la confrontación", concluyó.

Al término de la reunión, el ministro de Asuntos Exteriores francés, Alain Juppé, ha querido defender el embargo al crudo y las sanciones contra el Banco Central iraní porque buscan que el régimen de los ayatolás "renuncie a su programa nuclear militar" y ha ironizado con que las nuevas sanciones "son mejor que hacer la guerra". "Irán tiene que cambiar y volver al diálogo", ha insistido Juppé.

También la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Catherine Ashton, al finalizar la reunión, ha recordado que volverán a estudiar el embargo al crudo iraní para "determinar si hay algún efecto adverso" para las economías de los países individuales pero también para "la economía europea en su conjunto".