Cumpleaños. Niños con el traje tradicional de Baviera felicitan al Papa - Reuters

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El Papa Benedicto XVI, que ayer cumplió 85 años, afirmó que se encuentra en el "último tramo" de su vida, que no sabe "lo que le espera", pero que sabe que la luz de Cristo "es más fuerte que cualquier oscuridad" y que ello le ayuda a continuar "con seguridad".
El Pontífice hizo estas manifestaciones durante la misa que ofició en la capilla Paulina, del Palacio Apostólico, ante unos 200 compatriotas alemanes venidos expresamente para felicitarle, entre ellos el ministro presidente de Baviera (Alemania), el socialcristiano Horst Seehofer, y los obispos de Baviera.

"Me encuentro ante el último tramo del recorrido de mi vida y no sé qué me espera. Sé que la luz de Dios está, que Él ha resucitado, que su luz es más fuerte que cualquier oscuridad, que su bondad es más fuerte que cualquier mal de este mundo y ello me ayuda a continuar con seguridad", afirmó en la homilía.

El Papa Ratzinger, que este domingo pidió que recen por él para que pueda realizar la misión que Dios le ha confiado, subrayó ayer que agradecía "de corazón" a todos los que continuamente le hacen "percibir a Dios a través de su fe".

Hablando en alemán y ante sus compatriotas, el pontífice dijo que santa Bernadette, la vidente de Lourdes, y Benito José Labre, un santo del siglo XVII conocido como el "peregrino de los mendigos", son las dos figuras de referencia que ha tenido desde pequeño.

A esos dos "faros" une el Sábado Santo, el día del silencio, cuando se celebra la Vigilia Pascual, el preludio del anuncio de la Resurrección de Cristo. Y es que Joseph Ratzinger vino al mundo el 16 de abril de 1927, que era Sábado Santo.

De Bernadette Soubirous destacó que la joven francesa "sabía ver" lo que la Virgen indicaba: "El manantial de agua viva, pura, agua que es la imagen de la verdad que se acerca a la fe, de la verdad no disimulada y no contaminada".

"En nuestro tiempo, en el que vemos al mundo afligido, es necesaria el agua sin contaminar, el agua que da la vida, la que en este siglo, como en los anteriores, nos purifica y nos sana", señaló el Obispo de Roma.

De Benito José Labre destacó su peregrinación por toda Europa: "Un santo europeo -dijo- que no quiso hacer otra cosa que rezar y dar testimonio de Dios, lo que de verdad cuenta".
Con Dios -agregó el Papa- "caen las fronteras", ya que para Él "todos somos hermanos y formamos parte unos de otros".

Benedicto XVI recibió en esta jornada la felicitación de personalidades y fieles de todo el mundo, entre ellos de sus párrocos de la diócesis de Roma, de la que él es titular, quienes en dialecto le dijeron "Qui te volemo tutti bene" ("Aquí todos te queremos").

Ante las numerosas personas reunidas en la plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa salió a la ventana de su apartamento para saludar a los presentes.